Hagan memoria: Instinto básico. Todos recordamos la escena más célebre, la del cruce de piernas. Pero el argumento giraba justo en torno a lo mismo: el personaje interpretado por Sharon Stone (“ese monumento de mujer”, según calificación del filósofo Salvador Pániker en Variaciones 95) es el de una escritora sospechosa de cometer un crimen idéntico a uno que ella misma narra en su última novela. No me digan que no les resulta llamativo. ¿Se habrá inspirado el escritor polaco en la película de Verhoeven?