Pero nadie habla de los que salen beneficiados. Hace unos días leía en un periódico catalán que muchos de quienes están alojados en la Costa Brava se desperdigan por toda la comunidad autónoma en busca de algo con lo que llenar los días. Entre esas actividades están los museos (seguro que alguien ha estudiado cómo crece la afluencia al museo Dalí de Figueras los días lluviosos de verano), el cine, el teatro. Probablemente habrá aumentado algo la venta de libros…
¿Es el mal tiempo un aliado de la cultura? No sé si vale como referencia, pero entre las razones de que en Escandinavia se vendan más diarios que en el sur de Europa está el clima, que invita a quedarse en casa en vez de pasar tantas horas en la calle. Así que a mal tiempo, buena cara… para la cultura.