No podemos olvidar que el margen de error de cualquier encuesta hace que las pequeñas variaciones en los datos de un estudio a otro (cuando son tan próximos, nunca se producen grandes cambios) carezcan de todo significado. Tengo la impresión de que, a falta de políticas imaginativas, todo se resuelve con muchos estudios. Cuantos más mejor. Es una forma como otra cualquiera de tener buena conciencia. Y no hablo sólo de lo que pasa en Madrid, por supuesto. Ustedes me han entendido.