En fin, que el bueno de Cruise, un actor con recursos expresivos sólo
un poco mayores que los de Chuck Norris (por favor, ved este enlace, es muy divertido), ha hecho que casi se nos
olvide el asunto Grass y que dejemos de hablar de otros temas. Ponías
la tele y allí estaba, chupando pantalla en los informativos. De esa
manera, hemos perdido de vista los cursos de verano de las
universidades, los libros que se anuncian en el horizonte, la nueva
temporada de orquestas y museos, una vez que acaban los bolos
veraniegos y se cierran exposiciones que parecen organizadas sobre todo
para los turistas… Por favor, que alguien nos hable de todo eso, antes
de que la desazón que produce el desempleo de Cruise termine por
degenerar en melancolía. La cultura siempre ha sido un refugio en el
que cobijarse ante las malas noticias.