A veces tengo el convencimiento de que la novela negra ha dado todo lo
que podía dar y agoniza a la espera de que alguien encuentre una cura y
la salve. Habría que crear una ONG o algo parecido.
Sospecho que su ocaso nace precisamente de su éxito. El género negro ha
dado tan buenos escritores que el resto de creadores que intenta
emularlos, fracasa. El listón, después de todo, está muy alto. Al lado
de Chandler o Montalbán,
es muy difícil volver a contar la historia de un detective desencantado
que se enfrenta a un crimen en un ambiente de corrupción y decadencia.
Al lado de Hammet o Ellroy, siempre
sonará a hueca cualquier descripción de una sociedad violenta en la que
sobrevivir es casi imposible. Agatha Christie y Conan Doyle ya contaron
todas las infinitas posibilidades de resolver un crimen dentro un
laberinto sin salida. Simenón dejó claro que Europa también existe y
que un policía se puede sentir confuso. Luego, Thomas Harris llevó
hasta el paroxismo la fascinación por el mal con Hannibal Lecter.
¿Quién se atreve a superar un libro en el que personaje más interesante
es un asesino que se come a los testigos? (Suecia dio a Abba. No
continuaré con ese tema).
Ante la potencia de estos creadores, el resto no ha hecho otra cosa que
intentar parecerse a ellos, con lo que nos encontramos con fotocopias
de copias de obras maestras. !Eran tan buenos que era impensable no
querer ser igual a ellos¡ Su molde es tan eficaz que no se puede
romper, así que es mejor utilizarlo una y otra vez. Es como Kim
Bassinger, en la foto de L.A Confidential, disfrazándose de Jean
Harlow para que sus clientes crean que se acuestan con la actriz. Son
simulacros.
Esto viene a cuento de que estoy terminando de leer ‘Ashenden o el
agente secreto’, de Somerset Maugham. Según la publicidad,
Chandler o Hammet amaban este libro de espías. Supongo que será cierto,
porque cada uno de sus capítulos encierra la esencia de casi todas las
historias que luego han caracterizado a la novela negra: la corrupción
humana, el suspense y los enigmas, la traición, el misterio que
encierran todos los hombres, los personajes envueltos en situaciones
que les llevan al límite, etc… Fue escrito en 1928. Casi 80 años
después, encontrar una evolución original del mismo tema es una tarea
titánica.