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César Coca

Divergencias

Dinero, dinero, dinero

El comentario del compañero César sobre Galbraith le hace uno pensar en lo lejos y lo cerca que está la cultura de la economía, de la pasta, del vil metal, etc., etc.
Lo cierto es que Adam Smith era profesor de Moral en una universidad de
Escocia, y que uno de los culturetas más exigentes del siglo XX, Max
Weber, tituló su gran obra Economía y sociedad, grandísima en todos los aspectos, también en las mil y pico páginas que tiene el tocho.
A mí me parece que con el romanticismo y después con las vanguardias se corona al artista que, cara a la galería, aborrece el dinero, ensalza el espíritu y pone el cazo cuando la gente se ha ido.
Normal, sobre todo lo último. Uno recuerda con cariño del ejemplo de
Roberto Bolaño, perdido en un apartamento de Blanes, sin línea
telefónica porque no podía pagarla. Pero, lo dijo más o menos en una
ocasión, su vocación no era ser pobre, sino escritor, y cuando le vino
el dinero lo agradeció. Un tipo honesto. Lo más perjudicial para
los artistas y los escritores no son los peseteros, que también, si se
dedican solo a la peseta, sino los que fardan de su vocación sin precio
. Uno de los periodistas más queridos de Bilbao, Luciano Rincón, me dijo una vez que había que cobrar siempre, aunque sólo fuera un cantidad testimonial. Lo demás era condenar tu vocación a un amateurismo sin salida.
C.P. Snow dijo aquello de la separación entre las dos culturas, la
humanística y la científica. Creo que le faltó la tercera, la
económica,  que bien podría situarse entre las dos.

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