William Goldman, en su libro ‘Nuevas aventuras de un guionista en
Hollywood’, se pregunta si hoy en día sería posible rodar ‘Chinatown’
tal y como lo hizo Polansky en 1974. Recordemos el núcleo de la
historia: Una mujer ha sido violada desde niña por su padre, un magnate
californiano. La nieta de este monstruo es realmente el fruto de ese
incesto, es decir, es realmente la hija del potentado. Según Goldman,
la televisión y la sobreexplotación de noticias de sucesos nos han
anestesiado tanto que algo tan brutal como el tema de ‘Chinatown’ no
ocupa más de cinco minutos en un programa de morbo y sangre. Y, llevado
al cine en el 2006, apenas escandalizaría a un par de mojigatos.
La verdad es que los medios de comunicación cumplimos a veces esa
misión anestesiante. Transformamos la tragedia en espectáculo de masas
y, a base de repetir la dosis, hacemos que algo horrible se convierta
en un montaje teatral. Y los personajes pasan de ser siniestros a
convertirse en simples bufones. Estos días he encontrado en la web algo
curioso en este sentido. Si han visto la película ‘Blow’ recordarán que
es la historia real de un tío que llega a dirigir el tráfico de cocaína
desde Colombia a Estados Unidos. Estamos hablando de un personaje que
tiene que esperar a unos sicarios en el aparcamiento de su casa con una
metralleta en la mano. De un tío que guardaba más de nueve millones de
dólares en los conductos de calefacción de su mansión. Todo acabó como
tenía que acabar y ahora el ex capo, George Jung, tiene una página web en la que vende camisetas y publica una especie de poemas.
No es el único. Henry Hill es el protagonista de ‘Uno de los nuestros’
-Goodfellas- , la película de Martin Scorsese basada en el caso real de
un hampón que acaba delatando a todos sus compañeros en el crimen
organizado. Es el personaje que tiene que llevar a un mafioso moribundo
en el maletero de su coche, ese herido al que Joe Pesci remata con el
cuchillo de trinchar la carne que ha pedido prestado a su madre. Hill
también tiene su página web y
en ella vende, entre otras cosas, libros de recetas de la mafia. En
esto se han convertido dos seres terribles. En protagonistas de malas
páginas web. ¿Cuantos terminarán así?