El Gobierno danés ha decidido gravar con mayores impuestos los productos alimenticios que contengan un exceso de grasas saturadas, que son perjudiciales para la salud. Era algo que antes o después tenía que ocurrir. No estoy en contra de las grasas saturadas, que empalagan y te hacen comer menos. Pero sí lo estoy en contra de las grasas saturadas disfrazadas de dulce, que, por el contrario, proporcionan un gran bienestar y te hacen comer más. Son de origen animal y generalmente se encuentran en la bollería industrial.
En Etxanobe cocinamos en un 90% de los casos con aceite vegetal; hasta las croquetas. Hay elaboraciones, como el foie que aparece en la foto y la chuleta, que, evidentemente, contienen grasa animal, pero siempre con una dosis adecuada y nunca camuflada con sabores y aromas que empujen a aumentar su consumo. Porque hacerlo, es como viajar en un coche a 250 kilómetros por hora, sin ninguna vibración ni sonido que te advierta de que superas en mucho el límite de seguridad permitido. Tenemos que tomar las grasas que necesita nuestro organismo, según el ritmo y tipo de vida que llevemos. Los países del Este de Europa las utilizan en muchísimos platos, porque padecen inviernos extremadamente fríos, algo que no ocurre en zonas como el Mediterráneo.