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Día Cure

 

 

Estos días he descubierto que sigo siendo más fan de The Cure de lo que pensaba. Y digo fan en el sentido más tontuelo, de ponerme nervioso a medida que se acerca el concierto y experimentar una rara extrañeza metafísica al pensar que estoy en la misma ciudad que Robert Smith. Llámenme simple, idiota, tróspido, lo que quieran, pero así es: yo pensaba que esas emociones adolescentes eran cosa de mi época febril, de los quince a los veintipocos, cuando los discos de estos tipos se convirtieron en una parte muy importante de mi vida.

Por supuesto, llevo unas cuantas semanas consumiendo una dieta intensiva de música de los Cure y pendiente de Setlist.fm, esa página a la que habría que levantar un monumento, para ver lo que están tocando en sus últimos conciertos. Ya saben que las actuaciones de este año se están planteando como una especie de conmemoración de los veinte años de Wish: a mí ese disco me pilló un poco tardío, constituye mi frontera personal entre los Cure que considero irreprochables y los Cure que me resultan algo derivativos y faltos de chicha, y por supuesto preferiría que celebrasen los 30 años de Pornography, que también se cumplieron en abril. El caso es que en los últimos cinco conciertos han caído entre cinco y siete temas de Wish. No me quejo, porque Wish me gusta mucho y creo que es un álbum que gana en directo, pero me encantaría que en el Bilbao BBK Live empezasen con Plainsong y Pictures Of You, como en Milán y Belfort, y no con Open y High, como en Roma, Roskilde (allí se tomó la foto de arriba, de Torkil Adsersen para Efe) y Werchter. Caprichoso que es uno.

Por lo demás, como es habitual en los setlists de Smith y compañía, el repertorio es una selección equilibrada entre clásicos populares, favoritos de fans y piezas ideales para el directo (Push, por ejemplo, aparece en los cinco). A mí lo que más me sorprende es el peso que ha tenido en alguna de estas citas el álbum The Top, seguramente la rodaja más extravagante de la carrera de The Cure, que a mí siempre me ha fascinado pero no suele recibir muchas alabanzas. En Milán les cayeron nada menos que cinco piezas de este disco: Banafishbones, The Top, Dressing Up, Shake Dog Shake y The Caterpillar. Las dos primeras las han recuperado este año, después de… ¡veintiocho años sin tocarlas! Les dejo con un The Top en directo en 1984, por si alguien ha llegado hasta el final de todo este rollo sin saber aún que The Cure no siempre son un alegre grupo de pop.

 

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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