Se acabó. Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza se han cansado de esperar y se vuelven para casa. En realidad, a estas alturas de la temporada poco había ya que esperar, salvo la llegada al monzón. No ha sido una temporada mala para los ochomiles, pero si para el Pilar Oeste del Makalu, donde el viento juega un papel decisivo. Y si además el planteamiento era en alpino, la exigencia de bonanza meteorológica era aún mayor. Y no se ha producido.
Tenían casi todas las cartas en la mano: una buena aclimatación tras haber ascendido el Baruntse y al collado del Makalu LA en días previos, la experiencia, la fuerza y la calidad que se requieren para una hazaña así, pero ha faltado, quizás, la más importante por ser incontrolable: el tiempo; y éste se ha puesto en contra.
El último parte meteorológico recibido anuncia una leve reducción de precipitaciones para la semana que viene, pero arrecia el viento y parece que será para un largo periodo, o lo que es lo mismo, el avance de la inminente entrada del Monzón, periodo de lluvias que llega invariablemente a finales de mayo o principios de junio y que marca el inexorable final de la temporada de ascensiones en Himalaya.
Así que la decepción de los protagonistas es tan evidente como lógica. “Desde el primer momento que planteamos esta expedición ya sabímos que iba a ser complicado escalar el Pilar Oeste del Makalu, pero a decir verdad, el tiempo no nos ha ayudado abosolutamente nada”, explica Juan Vallejo. “Durante todo el mes de mayo hemos tenido unas condiciones muy malas para escalar, y en estas condiciones nos ha sido imposible realizar un ataque con garantías. ¡Quién sabe si en una próxima ocasión tendremos una nueva oportunidad de poder intentarlo!. La verdad es que nos gustaría porque es una de las rutas más bonitas y atractivas que hay en todo el Himalaya”.
En parecidos términos se expresaba Alberto Iñurrategi: “No hemos tenido las condiciones necesarias para hacer una ruta así. Mayo se está terminando y ya no nos queda tiempo; tenemos que dar por finalizada la expedición, pero esta ruta es una de las más bonitas que existen entre las rutas de los ochomiles y no descartamos volver”.
Mikel Zabalza tampoco renuncia a volverlo a intentarlo: “Sí, damos por concluida la expedición pero es una vía irresistible para nosotros y tenemos ganas de volver ainterntarla otro año a ver si tenemos un poco más de suerte”.