Ha sido un descenso largo y muy muy duro, pero Edurne Pasaban y todos sus compañeros ya están sanos y a salvo en el Campo IV, a 7.700 metros de altitud en el Kangchenjunga. En total, 24 horas desde que partieron hacia la cumbre ayer, pasadas las doce de la noche, en una jornada que recuerda a la que vivieron hace cinco años en el K2, aunque en este caso con final mucho más feliz, ya que, segun la primeras informaciones, y a la espera de una confirmación definitiva, ninguno tiene problemas de salud. Están exhaustos, pero sanos.
Los primeros en llegar han sido Ferrán Latorre y Alex Txikon. Tras ellos, Juanito Oiarzabal con Juanjo Garra, del equipo de Alberto Zerain; y por último, Edurne Pasaban, su primo Asier Izagirre, que no se ha separado de ella ni un segundo, dos sherpas que acompañaban al grupo de ‘Al Filo’ y la polaca Kinga Baranozka, del grupo de Zerian, que también habría hollado la cima.
El descenso ha sido largo y duro y la falta de noticias ha deparado momentos de tensión, dudas sobre el estado en el que bajaban los alpinistas. Incluso Alberto Zerain llegó a anunciar que ascendía con oxígeno y una tienda de campaña para ayudar a los que bajaban, pero no ha sido necesario. Según confirmó el alavés antes de salir del C-IV, su plan era subir al encuentro de los que descendían, ofrecer su ayuda y, si no era necesario, como finalmente ha sucedido, continuar hacia la cumbre.
El caso ese que al final todo ha quedado en falsas alarmas. Cansados pero sanos, los alpinistas han ido llegando al Campo IV para confirmar la mejor de las noticias: todos bien. Tras descansar, comer e hidratarse esta noche, el grupo continuará mañana hacia el campo base al que esperan llegar al final del día.
Así que ahora sí se puede gritar bien alto ¡¡Zorionak a Edurne y a todos sus compañeros!!