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Jon Garay

Aletheia

¿Sabíais que el hijo de Rommel fue alcalde de Stuttgart durante 22 años?

El día 6 de junio de 1944, Rommel se había reunido con su Lucie, su esposa, para celebrar el 50º cumpleaños de ésta. El mariscal le había comprado un par de zapatos en Francia como regalo. Por supuesto, no tenía la menor idea de que los aliados habían emprendido el desembarco en la madrugada de aquella jornada; sus previsiones indicaban que ese movimiento no llegaría hasta el día 20 aproximadamente. La pareja tenía un hijo, Manfred, que por entonces tenía 15 años. Dadas las urgencias militares de los nazis, un año antes se había incorporado al Ejército del Aire (Luftwaffe).

La carrera del ‘zorro del desierto’ estaba a punto de dar un giro radical. El 20 de julio de ese año, unos militares intentaron acabar con la vida de Hitler, pero fracasaron. Era la famosa ‘Operación Walkiria’. Rommel fue acusado de participar en el complot. Su segundo, Hans Speidel, estaba al tanto de todo y solía referirse a Hitler como ‘el cabrón del Berghof’ -el refugio de montaña del Führer-. El caso es que el mariscal fue obligado a suicidarse. Y Manfred estaba allí.

¿Qué fue de él? Es cierto que su padre es uno de los pocos militares nazis no denostados por la historiografía, pero no lo es menos que era uno de los favoritos de Hitler, que se inclinó por su estrategia antes que por la de Von Runstedt. Perfectamente pudo su hijo verse marcado por el pasado de su legendario padre. Pero no sucedió así. Integrado en la CDU, comenzó una carrera política que le llevaría a la alcaldía de Stuttgart en 1974. Permaneció en el cargo hasta 1996. De su éxito habla también que se pensó en él como candidato a la Cancillería de la Alemania Federal. ¡Un Rommel, canciller de Alemania!


Durante estos años, protagonizó varios actos de gran carácter simbólico. Recibió la medalla de los amigos de Jerusalén de manos de Teddy Kollek, alcalde durante 28 años de la Ciudad Santa ; estrechó la mano de David Montgomery, el hijo del mariscal que luchara contra su padre, y en 1994 estuvo en París en la el Día de la Fiesta Nacional francesa. Cuando dejó la alcaldía, fue nombrado coordinador de la cooperación franco-alemana. En la actualidad, el Parkinson le mantiene postrado en una silla de ruedas. ¿Quién podía imaginar que aquel chaval de 15 años allá por 1944, con su padre muerto por las órdenes de Hitler y con una posguerra durísima por delante, acabaría siendo alcalde de Sttutgart durante 22 años y recibiría una medalla de amistad de los israelíes?

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