Tú y yo, seamos quienes seamos, constituimos el binomio perfecto, piedras preciosas que se combinan para crear una joya inigualable. Una pareja indisoluble amparada en la fortaleza de dos monosílabos. Sin duda somos encantadores y, representantes genuinos del romanticismo, estamos locamente enamorados. Esto que reflejo en esta concatenación de palabras podría constituir el argumento de […]