Aquí le llamaríamos el veranillo de San Miguel o San Martín, pero en Estados Unidos es conocido como el verano indio. De cualquier manera, hablamos de lo mismo. De ese rebrote del estío que nos regala el otoño en noviembre –en el hemisferio norte– o en mayo –en el sur–, impregnado de un tiempo espléndido que nos carga las pilas ante la inminente llegada del invierno. Las fechas, por supuesto, son orientativas porque hay años en los que se da en octubre o abril, respectivamente.
Pero la canción ‘L’été indien’ no está dedicada al clima, sino al amor. La letra defiende que este período es el mejor para enamorarse, porque recupera las fogosidades que provoca la canícula, pero también para llorar por el amor perdido. Dassin sostiene que el fenómeno sólo ocurre en América del Norte, pero lo cierto es que su canción tuvo éxito en países lejanos de aquellas latitudes.
Hablamos, en cuanto a la melodía, de una composición erótica, a la imagen de ‘Je t’aime, moi non plus’, de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, en Francia, o ‘Todo el tiempo del mundo’, de Manolo Otero, en España.
En 1975 Joe Dassin interpretó en francés esta especie de balada destinada a reinar entre las piezas lentas de las famosas ‘boites’ de los años setenta. La profunda voz del artista galo y los consabidos ‘na na nas’ del coro femenino supieron dotar del preciso matiz transpirenaico a una pegajosa melodía compuesta originalmente por los italianos Toto Cutugno, Vincenzo Pallavicini y Pino Massara bajo el título ‘África’. La letra para el mercado francófono la adaptaron el propio Dassin, Pierre Delanoe y Claude Lemesle.
‘L’été indien’ constituyó el mayor éxito de la carrera del malogrado intérprete francés y en la actualidad está considerado como un clásico del pop del país vecino del norte. Pero, asimismo, supo ganarse un público entre los hispanoparlantes, entre quienes esta obra se conoció como ‘Sólo puedo mirar atrás’ o ‘Aún vivo para el amor’. Siempre tratamos de vivir en el amor y, aunque el amor nos cierre la puerta, nosotros ponemos el pie para impedirlo.
Ya sabes, esta noche me siento tan solo
y perdido porque no estás
y esos recuerdos están llenos de ti
de tu primavera, de una playa nuestra
donde fui arena para sostenerte,
de un mar nuestro donde fui la ola que te llevaba
Tu presencia, tus pequeñas cosas,
y ahora este vacío, sin poder mirar
hacia el futuro, solo sin ti
hacia atrás, sólo puedo mirar atrás
y sentir que vuelvo a estar aún vivo para el amor
Una voz que viene de un atardecer
me hace ver que aún puede ser
hoy estoy muy lejos de esos recuerdos
¿Dónde estás? ¿Te acuerdas de mí o te habrás olvidado?
Tal vez tú piensas que fue una tontería conocerme,
y aquella arena y aquel mar sólo fueron recuerdos
Cierro los ojos y te imagino
te esperaré un mes, un año, toda la vida,
porque lo que siento no tiene tiempo,
se llama amor.
Hacia atrás, sólo puedo mirar atrás
y sentir que vuelvo a estar aún vivo para el amor,
una voz que viene de un atardecer
me hace ver que aún puede ser
VERSIONES
Para la traslación al CASTELLANO la letra de la canción fue adaptada en 1976 por J. Israel y los hermanos McCluskey.
La tecnología logró que el desaparecido Joe Dassin cantara el tema con su autor, TOTO CUTUGNO.
Las grandes orquestas pop, como la de PAUL MAURIAT, pronto vieron las virtudes de ‘L’été indien’.
Más moderna es la revisión que firmó en 2011 la cantautora italiana IN-GRID.
Por último, la banda rusa BONEY NEM –en clara parodia de Boney M– también nos ofreció su peculiar visión.
JOE DASSIN (1938-1980) murió joven, pero dejó para sus seguidores una actividad musical intensa. Aunque nació en Nueva York hijo de artistas –su padre era un director de cine ruso judío y su madre violinista húngara–, siempre se ha considerado francés ya que a los doce años se estableció en París porque su familia tuvo que huir a Europa acosada por el ‘macartismo’ debido a sus creencias políticas.
Inicialmente, no quiso seguir la vereda familiar y optó por estudiar Antropología tras regresar a Estados Unidos, aunque finalmente se doctoró en Filosofía. Durante su época estudiantil trabajó como disc jockey y fue entonces cuando el veneno musical prendió en su interior.
Otra vez en tierras galas fue contratado como secretario de la compañía CBS Records, donde tuvo sus primeras oportunidades para grabar canciones. Aunque los comienzos no fueron fáciles, llegaron los primeros éxitos en los sesenta. Sin embargo, su consolidación se produjo en la siguiente década con temas como ‘A ti’ o el analizado ‘L’ete indien’. Su condición de políglota le permitió sacar canciones al merado en inglés, alemán, español, italiano y griego.
Murió a los 41 años de un ataque cardíaco durante unas vacaciones en Tahití. Fue enterrado en el cementerio Hollywood Forever, ya que pasó gran parte de su niñez en la ciudad californiana. Es uno de los cantantes que hoy aún más ingresos genera por derechos de autor en Francia.