Esta canción, dividida en tres partes aunque la que realmente es conocida por el gran público es la segunda, constituye una crítica al sistema educativo, al que describe como una cadena de montaje que fabrica individuos similares y conformistas, nada críticos. Una cadena de montaje en la que entras por una puerta a los 3 años, te imponen una doctrina que a alguien le pareció la correcta y sales por otra puerta a los 16, listo para aportar tu granito de arena al progreso.
Aunque sus autores se inspiraron en el rígido y estricto entramado de los colegios e internados ingleses durante los años cincuenta del siglo pasado, en el que se consentían incluso los malos tratos físicos, podría extrapolarse a las escuelas de todo el mundo, donde parecen más interesados en mantener la disciplina que en transmitir sus conocimientos a los estudiantes.
De hecho, ‘Another brick in the wall’ fue adoptada en 1980 como himno de protesta entre los estudiantes negros sudafricanos que luchaban contra el apartheid en las escuelas. Fue prohibida oficialmente por el régimen de Pretoria por incitar a los jóvenes a realizar disturbios.
Nació en 1979 compuesta por el bajista de la banda Roger Waters e integrada en la ópera rock ‘The Wall’ y de inmediato, pese a que se salió del carril por el que transitaba la música en aquella época, fue un gran éxito de ventas y un tema antisistema educativo. Gran parte de su repercusión también hay que adjudicarsela al vídeo dirigido por Gerald Scarfe.
Pink Floyd integró en la canción un coro escolar compuesto por veintitrés preadolescentes de entre 12 y 14 años. Para dar la impresión de que era mucho más grande se duplicó la grabación, de tal modo que el coro se oyera con un efecto doble. Posteriormente el colegio al que pertenecían los jóvenes cantantes emprendió un proceso judicial contra el grupo para reclamar que cada uno de los estudiantes recibiera quinientas libras.
http://youtu.be/dabH45Af2bo
Cuando nos hicimos mayores
y empezamos a ir al colegio,
había algunos profesores que
hacían lo que fuera por dañarnos
Mofándose de cualquier cosa que hiciéramos
Mostrando cualquier defecto por mucho que lo ocultáramos
Pero en la ciudad era bien sabido
que cuando regresaban por la noche a sus casas,
sus gordas y psicópatas mujeres les
azotaban hasta exprimirles con sus vidas
No necesitamos ninguna educación
No necesitamos que controlen nuestros pensamientos
Nada de oscuros sarcasmos en el aula
Profesores, dejar a los niños en paz
¡Eh, profesores! ¡Dejar a los niños en paz!
Después de todo, Sólo es un ladrillo en el muro
No necesitamos ninguna educación
No necesitamos que controlen nuestros pensamientos
Nada de oscuros sarcasmos en el aula
¡Eh, profesores! ¡Dejar a los niños en paz!
Después de todo, Sólo es un ladrillo en el muro
¡Mal hecho! Repítelo otra vez
Si no te comes la carne, no puedes tomar postre.
¿Cómo vas a tomar postre si no te comes la carne?
El grupo británico de rock progresivo Pink Floyd estuvo compuesto inicialmente por Syd Barret, Nick Mason, Roger Waters y Richard Wright. Tuvo dos etapas bien diferenciadas: la primera con Waters y Barret como líderes creativos y la segunda tras la marcha de Roger Waters por sus problemas con las drogas. Su puesto y su papel los asumió el guitarrista David Gilmour.
Su estilo musical psicodélico y las espectaculares puestas en escena de sus conciertos les confirieron una personalidad propia, hasta el punto de ser considerados como los inventores del rock sinfónico. Su popularidad se hizo patente en 1973 con el disco ‘Dark side of the moon’ y alcanzó su máximo nivel en 1980 con el antes mencionado ‘The Wall’.
Luego, coincidiendo con el abandono de Barret, cuyo excesivo protagonismo había enrarecido la convivencia, llegó la disolución en 1983, aunque cuatro años más tarde Mason, Wright y Gilmour se reunieron de nuevo en torno a ‘A momentary lapse of reason’, un trabajo que se convirtió en un éxito inmediato.
Varias producciones más, con parecido estruendo comercial, introdujeron a Pink Floyd en el nuevo siglo, donde el grupo se hizo trizas. Barrett murió, recluido, a los 60 años en 2006. Dos años más tarde Wright falleció a los 65 años, de un cáncer.