Las personas tienden a sobrevalorar sus puntos de vista favorables en cuanto a sus habilidades sociales e intelectuales o, lo que es lo mismo, son optimistas sobre sí mismos y sus capacidades. Justin Kruger y David Dunning, de la Universidad Cornell, sugieren que esta sobreestimación tiene su base en que quienes carecen de estas habilidades fallan al diagnosticarse a sí mismos y, además, sus propias carencias les impiden mejorar en los aspectos adecuados. Los autores estudiaron el humor, con 65 estudiantes, el razonamiento lógico, con 45, la habilidad gramatical, con 84, y la corrección de exámenes de otras personas, con los estudiantes mejores y peores del análisis de la habilidad gramatical. Los que peores resultados sacan son los que mejor se autopuntuan: así los que están en el 10% se colocan por encima del 60% y, además, cuando juzgan a los demás son incapaces de reconocer su propia incompetencia. Sin embargo, el entrenamiento en las habilidades de las que se carece y su mejora supone el comienzo de la aceptación de las propias limitaciones.
Y acepto en su totalidad el párrafo con el que los autores finalizan el artículo: “este texto puede estar falto de lógica, contener errores metodológicos y escasa capacidad de comunicación. Aseguro a nuestros lectores que su importancia está exagerada, pero todo esto es algo que hemos hecho sin ser conscientes de ello.”
*Kruger, J. & D. Dunning. 1999. Unskilled and unaware of it: How difficulties in recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments. Journal of Personality and Social Psychology 77: 1121-1134.