Estar en Babia, y no en la bella comarca de la provincia de León, es vagabundear con la mente, estar distraído, ausente, con la mente en otra parte, en definitiva, no enterarse de lo que ocurre alrededor. Babia, en León, era el lugar de reposo de los reyes en la Edad Media; allí descansaban y se liberaban de los asuntos del reino y de la corte, estaban ausentes, distraídos. Pero así somos los humanos, distraídos, y vagabundeando por asuntos que no tienen que ver con lo inmediato vamos de lo que pasó a lo que pasará e, incluso, a lo que nunca pasará. Estar en Babia es parte esencial de nuestra capacidad de meditar sobre el pasado y de prever el futuro, es la base de la imaginación.
Se dice que este vagabundear de la mente es, en el fondo, algún tipo de mal funcionamiento del cerebro. Quizá, pero nos permite pensar y razonar. Sin embargo, sabemos de su utilidad pero no conocemos si supone algún coste adicional. Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard, se han preguntado lo mismo, aún reconociendo la dificultad de conocer si en un momento dado estamos visitando Babia y de saber cómo nos sentimos y si estamos haciendo algo al respecto. Idean un método ingenioso para averiguarlo: crean una aplicación para el iPhone que permite que los investigadores envíen mensajes en cualquier momento a los voluntarios. Estos descargan la aplicación de una página web que contiene una encuesta sobre si están en Babia y sobre sus sentimientos, sensaciones y acciones. Contestan unas 5000 personas de 83 países con edades que van de los18 alos 88 años.
Finalmente utilizan las respuestas de 2250 adultos, con el 59% de hombres, el 74% viven en Estados Unidos y una media de edad de 34 años. Se les pregunta cómo se sienten de ánimo y que los puntúen en una escala de0 a100, si estaban en Babia al recibir el mensaje, qué estaban haciendo y si pensaban en algo diferente a su tarea, y si sus pensamientos eran agradables o no.
En primer lugar, casi la mitad de los encuestados estaban en Babia cuando recibieron el mensaje en su iPhone (el 46.9%), y al menos el 30% está en Babia haga lo que haga excepto si hace el amor. Según los resultados de la encuesta, hacer el amor es algo que distrae poco y que nos hace bastante felices. Además, casi da igual que uno esté haciendo lo que sea, la probabilidad de que acabe en Babia es muy alta.
Pero, por otra parte, la gente es menos feliz cuando está en Babia (al contrario de lo que la historia nos cuenta de los reyes leoneses) que cuando está atento a lo que está haciendo. Y eso aunque el 42.5%, cuando está en Babia, declara que piensa en algo agradable (el 31% en algo neutro y el 26.5% en algo desagradable), pero siempre el ánimo es peor, las sensaciones menos placenteras, que cuando la mente no vagabundea. En fin, que la mente humana se traslada a Babia con facilidad pero la estancia allí no es tan feliz como pensábamos.
*Killingsworth, M.A. & D.T. Gilbert.2010. Awandering mind is an unhappy mind. Science 330: 932.