El sillín de la bicicleta, tanto para profesionales como para aficionados al ciclismo, puede producir graves daños para la salud del usuario como, por ejemplo, entumecimiento de la ingle o disfunción eréctil. Steven Schrader y su equipo, del Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo de Cincinnati, han probado un sillín sin la prolongación delantera, sin lo que podríamos llamar”nariz”. Como grupo experimental utilizaron a un grupo de 90 policías en bicicleta de cinco ciudades de Estados Unidos y estudiaron los cambios detectados después de utilizar las bicicletas con sillín sin “nariz” durante seis meses. Al cabo de este tiempo, sólo tres policías habían vuelto al sillín tradicional; el resto acabó el experimento pues su uso no interfería en su trabajo.
Las medidas tomadas durante el experimento demuestran que este sillín disminuye en un 66% la presión en la región genital. Los policías que declararon no sentir entumecimiento en la ingle pasaron de un 27% a un 82%. Sin embargo, aunque aumenta la sensibilidad táctil en el pene, no se puede demostrar una disminución de la disfunción eréctil; sin embargo, en los cuestionarios, los policías declaran que mejoran en un 10%, pero no se ha conseguido una medida directa en cuanto a la rigidez del pene con el uso del Rigiscan. Según los autores, quizá se debe a que se necesita más tiempo de uso del sin “nariz” para conseguirlo.
*Schrader, S.M., M.J. Breitenstein & B.D. Lowe. 2008. Cutting off the nose to save the penis. Journal of Sexual Medicine 5: 1932-1940.