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Felicidad II

 

Hoy sigo como en el post de ayer, sin tener muy claro el tema sobre el cual escribiré hoy.

Sigo con el problema de la cabra, que me esta destrozando el huerto, por no decir que ya no queda huerto ni na, la tía cualquier día de estos se me zampa hasta la manguera que tiene a sus pies…

Mi gran problema. a la hora de escribiros. es decidirme entre la multitud de temas que me bombardean la cabeza, ciertamente, creo que podría estar escribiendo constantemente sobre temas diversos.

Me gusta muchísimo escribir sobre temas que desconozco, rebuscar y documentarme y preparar el post, (aunque también me encanta escribir como hoy, lo que va saliendo de mi mente), escribiendo mi opinión, basándome en lo que opinan diversos expertos en el tema, expresando mi opinión, aunque me equivoque, el lector, es quien ha de decidir cual es la opinión que mas se adapte a él.

Estamos en una época muy difícil, de paro, crisis, estrés…

En cambio, opino, que es una de las etapas mas felices de mi vida… curioso ¿verdad?

Con mi mujer, llevo mas de ocho años con ella, he sobrevivido a serios problemas, pero la relación va mejorando paso a paso, todo un logro.

Trabajo cuatro horitas al día, con eso y los cada día menores dividendos de la bolsa sobrevivimos, bastante mas justos de dinero que hace un par de años, pero tampoco somos gente que tenemos que demostrar que tenemos la tele mas grande, ni que hemos de cambiar de coche cada dos por tres, ni que tengamos la mejor casa del barrio…

Ciertamente, estaba muy estresado hace unos años, aunque no lo suficiente como para tener que recurrir a la ayuda médica.

Me ha costado años cambiar de mentalidad, disfrutar trabajando mis cuatro horitas, disfrutar escribiendo este post, disfrutar haciendo unos flanes de leche de cabra al horno que en breve os publicare, son pequeñas idioteces, es un cambio de mentalidad, son pequeñas tonterias…

Pero de veras esas pequeñas idioteces son las que hacen conseguir la felicidad, un bien que todos anhelamos y nadie consigue, por la sencilla razón de que la mayoría de las veces  cuando se consigue ni nos enteramos,  pensando en cosas que no hemos conseguido.

La felicidad es algo digámosle… etéreo… algo momentáneo, algo no tangible, a la vez que es algo maravilloso, algo que muchas veces conseguimos pero anhelando otras cosas ni tan solo nos enteramos que lo conseguimos…

Cuando vamos a trabajar, vamos pensando en la obligación de trabajar, en soportar a ese compañero insoportable y egocentrista, en el mandón del encargado, en el encorbatado jefe…. ¿Por qué no ir pensando en lo positivo del trabajo?

En este caso los primeros que ganaremos seremos nosotros mismos, los segundos, nuestro entorno del trabajo, los terceros nuestra familia y los cuartos… volveremos a ser nosotros.

Esto seria la pescadilla que se muerde la cola, pero para bien nuestro y realmente no cuesta demasiado esfuerzo conseguirlo, pues hagámoslo, no tenemos nada que perder y mucho que obtener.

Sigamos con el mismo rol, pero en plan negativo…

Nos levantamos de la cama de mal humor, nos ha despertado el despertador y desde luego no tenemos ganas de ir a trabajar… dos cosas negativas.

Ahora os cuento, que hace años que me levanto sin despertador, jamás lo conecto.

Entro a trabajar a las 9.00 de la mañana, normalmente empiezo a las 8.30 o algo más… antes de mi hora, pero cuando empiezo… eso de una tranquilidad que no se compra con dinero.

Me suelo levantar a eso de las 7.00 de la mañana, como os digo sin despertador, mientras voy al baño, enciendo mis ordenadores y enciendo mi cafetera y voy al baño.

Cuando termino de adecentarme en el baño, me agarro un yogurt y apunto mis resultados bursátiles del día anterior, para llorar durante los últimos tres años, pero es lo que hay.

Después mientras miro mi correo y leo noticias económicas tomo mi café hasta la hora de ir a trabajar, el correo no lo vuelvo a mirar hasta el día siguiente, a salvo que espere algo imprescindible.

Después antes de marchar a trabajar, recojo los huevos de las gallinas que han puesto durante la noche, les doy de comer a las gallinas, a los conejos y a la cabra destroza huertas…….. y marcho a trabajar.

Aun son menos de las 9 de la mañana y os pregunto ¿veis algo agobiante?

Después toca sesión de jefe (el día que lo veo) un buen tío, la verdad, pero es agobiante, es meticuloso, lo quiere tener todo controlado y nunca esta conforme con nada, a veces lo mataría, pero también reconozco que él se queda con ganas de matarme a mi, en mas de una ocasión… nos conocemos hace mas de 20 años y los dos sabemos donde esta nuestro limite.

Ahora empezamos a trabajar… podemos ir cabreados, por la bronca del jefe (algo habitual) o disfrutar con nuestro trabajo.

¿Cuál de las dos opciones es la mejor?

Creo que esta clara la mejor opción… disfrutar de nuestro trabajo, hablar con nuestro cliente, solucionar sus problemas e intentar realizar nuestro trabajo lo mejor que sepamos, aunque en ocasiones los gruñidos inmerecidos del jefe los llevemos como una garrapata pegada a nuestra mente….

Esto último solo hace mal a nosotros, a la empresa (es de quien vivimos) y a nuestro jefe….

Pues seamos egoístas, a nosotros nos hace mal estar de mala leche, no nos pongamos, así de fácil…

Realmente es muy fácil decirlo o aconsejarlo pero difícil conseguirlo, pero cuando lo consigamos, cada día será mas fácil conseguirlo, nosotros cada día estaremos mejor, nuestros clientes mas contentos con nosotros y nuestros jefes cada día nos valoraran mas y sus broncas serán menores.

Entonces, si con esto obtenemos tantos beneficios ¿por qué no aprendemos a realizar esto?

Llegamos a casa…. Nos encontramos con la mujer, los niños (si los tenemos)… como no llegamos cabreados… la cosa funciona bien (un nuevo beneficio para nosotros).

En mi caso, la tarde es para mis aficiones…

Dar de comer a la perra, otra vuelta a los bichos del huerto.

Escribiros el post

Pintar

Cocinar alguna chorrada, si la mujer me deja…

Hacer de locutor en mi radio.

Tomar la cervecita con un amigo.

Hacer prácticas del curso que estoy estudiando de photoshop…

Ordeñar la cabra…(eso es un castigo)…

 

 

Pues la vida, a veces nos parece negra porque la pintamos nosotros de negro, pintémosla de blanco.

Os reconozco que no es fácil, pero intentarlo, mucho ganareis.

Os pongo el ejemplo de que no me gusta ordeñar la cabra…

Pero el placer de poder ordeñar una cabra, tomarse su leche, una autentica leche casera,

¿Quién puede permitirse eso?

¿Quién ha tomado un yogurt de cabra?

¿Quién ha tomado un flan de cabra?

Yo os aseguro que en pocos días estoy cansado de hacer eso, que la mayoría jamás ha hecho y esto me da tema para un próximo post que el que haya llegado hasta aquí se ha tenido que tragar mas de 1.000 palabras escritas por mi, exactamente 1.190 palabras.

A ver quien se atreva a contarlas…. Je je je

Temas

Temas variados, desde economía y chistes hasta recetas de cocina.

Sobre el autor


mayo 2012
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