Seguimos tocando el tema de las personalidades, basándonos en
el libro de Francois Lelord & Christophe André “Comment Gérer Les
Personnalités Difficiles”, el cual pasito a pasito, próximamente terminaremos y
dejare de daros la paliza con la psicología, o quizás no ¿quién sabe?.
Este tipo de comportamiento cosiste en oponerse a las órdenes
autoritarias, recibidas en el ámbito personal o laboral, de forma pasiva u
obstructiva, así como el olvido voluntario de las obligaciones.
Generalmente este tipo de personas, suelen tener sus
habilidades a nivel, tanto social como laboral. menos desarrolladas que el
resto de las personas de su entorno.
Cuando a este tipo de personalidades, alguien les solicita
que realicen algo que no quieren hacer, se enfadan, pero son incapaces a
reaccionar y negociar, para adaptar esa orden a sus gustos.
Las personalidades pasivas – agresivas no admiten las
obligaciones en los estudios o trabajo y opinan injustamente de quienes tienen
autoridad que son injustas, dominantes y arbitrarias.
Por si todo esto no bastara, estas personalidades suelen
tener mal humor y pesimismo.
El comportamiento pasivo – agresivo se suele manifestar como
resentimiento, terquedad, desidia o incluso fracasar intencionadamente en la
realización de algo que no les apetece realizar.
La Wikipedia
nos cuenta que los signos más comunes de las personalidades pasivo – agresivas son
las siguientes:
Ambigüedad
Olvidos y lapsus frecuentes
Echar la culpa a otros
Tardanza crónica y olvido
No expresar hostilidad o enfado de forma crónica
Miedo a la autoridad
Miedo a la competición
Miedo a la intimidad
Fomento del caos
Ineficiencia intencionada
Crear excusas y mentir
Obstruccionismo
Dejar las cosas para más tarde
Resentimiento
Se resiste a las sugerencias de otros
Sarcasmo
Para poder lidiar con este tipo de personalidades debemos
hacer lo siguiente con ellas:
Ser amables
Preguntarles su consejo siempre que sea posible
Ayudarle (cuando es niño) a expresarse directamente
Lo que no debemos
hacer…
No fingir no darnos cuenta de su oposición
No criticarles como padres
No dejarnos atrapar en un juego de represalias mutuas