«En el segundo gol casi se me saltan las lágrimas porque necesitábamos la victoria como el comer». Esta reflexión de Manix Mandiola refleja la situación límite que afrontaba en Alicante el Deportivo Alavés, que llegó al Rico Pérez «apretado». En este sentido, teniendo en cuenta las penurias clasificatorias que atraviesa el conjunto albiazul, el técnico se mostró plenamente satisfecho con el encuentro desarrollado por su equipo. «Con la dinámica que llevábamos, hemos hecho casi, casi un partido perfecto», aseguró
Alavés 2 – Alicante 0