Las penurias presupuestarias de las administraciones estrangulan los proyectos; y la incertidumbre sobre su ejecución a corto o medio plazo arrastra también cualquier política promocional que gire en torno a ellos. Es lo que Miranda viene sufriendo desde hace meses con un vial que no termina de definirse y una apuesta, la Oficina de Promoción Industrial (OPIME), que se ve incapaz de responder a las grandes incógnitas que les plantean los empresarios -pocos, esa es la verdad- sobre su polígono-emblema: Ircio Actividades. (+)