No al cierre del Centro de Medicina Deportiva. La decisión del Ayuntamiento de bajarle la persiana después de tres décadas para recortar gastos en tiempos de crisis desató ayer una oleada de quejas, lamentos e indignación. Usuarios del gabinete -deportistas de todo rango y ciudadanos anónimos- y el personal que les asiste -traumatólogos, enfermeras y fisioterapeutas- claman contra el tijeretazo y ya se hacen sentir para forzar la rectificación municipal. (+)