Miranda
Miranda se encontró en diciembre de 2006 con una solución parcial a un problema de congestión grave de su travesía. La liberalización de los poco más de 20 kilómetros de la AP-1, con un tercer carril en cada sentido entre Armiñón y Ameyugo, ha conseguido acabar con atascos y atenuar el riesgo de accidente al conseguir el desvío del 80% del tránsito de vehículos pesados que colapsaban la artería principal de la red de carreteras a su paso por la ciudad. Los datos facilitados por Europistas revelan que aún no se ha alcanzado la cota pretendida del 85%, pero los alrededor de 21.000 camiones que semanalmente eligen la autopista como circunvalación confirman que la fórmula por la que se optó ha funcionado. (+info)