vida es una encrucijada/ de regocijos y fracasos». Mario Benedetti se apagó en la madrugada del lunes, a los 88 años, y al hacerlo encendió de nuevo la llama de sus versos. Ayer sus poemas sonaban en todas las emisoras de radio y TV, recitados y cantados, y muchas personas que no conocían a Benedetti entendieron a título póstumo que era el autor de unos versos con cuya música se han enamorado o con los que se han sumado a la lucha por la justicia. No hay tristeza sin esperanza. La tristeza entre los amantes de la poesía encontró ayer el consuelo de la esperanza porque los grandes poetas no desaparecen, se instalan en la inmortalidad. (+info)
Caricatura publicada en territorios 1996