España no ha sido nunca un país dotado para el espionaje. Es uno de nuestras carencias históricas. Hemos tenido más misioneros que espías. Representan actitudes diametralmente opuestas. El misionero quiere mostrar las excelencias propias, convertir, que lo sigan. El espía aprende de los demás, averigua qué tienen que no tengamos, para copiarlo o usarlo. No […]