Los Stooges y MC5 han quedado como los grandes hitos del sonido Detroit rockero, pero la escena del estado de Michigan a finales de los 60 era un hervidero de grupos enamorados de la electricidad y convencidos de que la energía era el ingrediente esencial de esta música. Nuestra canción de esta semana, Black Sheep, es uno de los clásicos menores de aquella impetuosa oleada: por lo que he leído por ahí, se supone que es lo suficientemente popular como para que todos los interesados por el estilo la conozcan, pero yo no la había escuchado jamás hasta finales del año pasado, cuando el músico británico y explorador psicodélico Julian Cope la incluyó en su interesante y entretenido Detroitrocksampler. La firman SRC y, según Cope, es “uno de los clásicos perdidos más poéticos de los últimos 60”, con una letra dedicada a las ovejas negras, los inadaptados, ese tipo de seres perdidos que nutrían las bandas de Detroit. Y sí, los teclados están muy bien, la letra es bonita, pero lo que a mí me enamora de esta canción empieza al cabo de un minuto o así: esa guitarra…