Leyendo un informe de inteligencia sobre extrema derecha en Estados Unidos –cosas del trabajo de verdad– me he topado hoy con unas viejas conocidas de este blog, de quienes no había vuelto a saber desde hacía mucho. Se trata de Prussian Blue, el grupo musical más escalofriante que he conocido jamás, ¿recuerdan? No me digan que sí, porque a lo mejor me desmayo de la emoción, y mejor pinchen aquí o lean el repaso: se trata de dos gemelas estadounidenses, Lynx y Lamb Gaede (vamos, Lince y Cordera), que saltaron a la fama hace seis años, cuando andaban por los trece. Rubias, guapas, sonrientes y aficionadas a posar entre florecillas del campo, habrían sido muy fáciles de promocionar si no fuese por el pequeño detalle de que, en fin, eran nazis hasta la médula: negaban el Holocausto, consideraban a Hitler «un gran hombre» y cantaban a la superioridad de la raza aria. La tara se la había inculcado la familia, porque eso no es una enfermedad de nacimiento. Su abuelo marcaba a sus reses con la cruz gamada y su madre era y sigue siendo una tozuda líder neonazi que las educó en casa, utilizando libros de la época de la segregación racial.
Pues bien, resulta que Lince y Cordera reaparecieron en julio y ni siquiera me había enterado hasta esta mañana. Lejos de aprovechar este tiempo para dejarse crecer un bigotillo hitleriano, resulta que las chicas han renunciado a la supremacía blanca y se han convertido en personas «bastante liberales» y «amantes de la diversidad», aunque lo más sorprendente quizá sea que ahora se consagran a un nuevo activismo: quieren que se legalice el uso médico de la marihuana en todo Estados Unidos. Resulta que su ausencia de un lustro se ha debido sobre todo a razones médicas, con un cáncer en el caso de Lynx y problemas de espalda en el de Lamb, y las dos mitigan ahora sus dolores a base de fumar hierba. «Antes éramos unas pueblerinas que pasábamos la mayor parte del tiempo jugando con nuestras cabras», han declarado sobre su antiguo extremismo, además de recordar que en aquella época, cuando afirmaban que los campos de exterminio tenían pista de tenis y piscina, también creían en Santa Claus. Pero poco después, en su gira europea de 2006 por diversos antros nazis, decidieron interpretar una versión del judío Bob Dylan, ante la náusea de su selecto público. Aquí celebramos la reconversión, aunque también ha hablado la siniestra madre para aguar un poco la fiesta: «Sólo están utilizando a los medios judíos», ha asegurado la muy bruja.
Como en 2005 no podía insertar cosas de YouTube, una cosa muy nueva que había nacido aquel mismo año, aprovecho para colgarles a las siniestras Prussian Blue de antaño. Pinchando aquí las pueden ver con su apariencia actual. Otro día a lo mejor miramos qué ha sido de la hermana pequeña, Dresden, el bebé que sale en el vídeo.
http://youtu.be/mUuOowBEB1s