El rock anatolio es una de esas galaxias musicales en las que uno puede perderse para siempre. La síntesis de oriente y occidente y de tradición y modernidad que llevaron a cabo los músicos turcos allá por los 70 (y que tantos puntos de contacto tiene con nuestra propia fusión de sonoridades flamencas con arreglos de rock y disco) ha dejado un legado fascinante, adictivo e inagotable, que llega a cambiar los parámetros mentales de algunos oyentes y los absorbe para siempre hacia aquel lado del espejo. Un servidor no ha llegado a tanto, pero por aquí hemos tocado el tema con frecuencia quizá excesiva, comenzando por aquel enganche de hace quince años al glorioso disco de debut de la cantautora Selda.
La mayor prueba de esta capacidad de atracción de la psicodelia turca son los artistas y bandas de nuestros días que quedan atrapados sin remedio en su campo gravitatorio: el caso más obvio son Altın Gün, cuya carrera parte precisamente de la obsesión de un bajista holandés con aquel álbum de Selda, y hoy tenemos por aquí otro ejemplo de esta singular patología. Se llaman Şatellites (el alfabeto turco siempre obliga a meterse en enojosos copiapegados) y proceden de la ciudad israelí de Tel Aviv. ¿Su historia? El líder, Itamar Kluger, hizo un viaje por el este de Turquía y descubrió allí la magia del saz, esa especie de laúd que, tanto en su original acústico como en su versión electrificada, viene a ser el corazón de todo este género. Y, como tantos otros, Itamar se quedó enmarañado en aquella magia rítmica y melódica y ya nunca ha podido desligarse de ella: su banda se dedica a combinar «el groove del funk, el ritmo de la música disco y la reverberación de la psicodelia con ritmos y estructuras de Oriente Medio», según detallan. Ellos mismos llegan a hablar, de hecho, de «adoración» por estos sonidos. Acaban de lanzar su primer álbum, una fiesta que combina versiones de reliquias turcas (creo que el original de este Seni Sen Olduğun İçin Sevdim es este de Hakkı Bulut) con algunas composiciones propias. Ah, según el traductor de Google, el título quiere decir algo así como Te quería por ser tú.