Foto: Juan Camilo Montañez
Yo creía que esta canción nuestra de hoy se iba a compartir más por ahí, porque es muy curiosa, pero lo cierto es que no la he visto mucho. El caso es que el sello suizo Les Disques Bongo Joe, al que seguimos mucho en esta casa, ha celebrado su quinto aniversario con una iniciativa bonita: ha puesto a diecinueve artistas de su catálogo contemporáneo a versionar otras tantas canciones de su abundante fondo de reediciones y joyas desenterradas y ha recogido el resultado en dos álbumes digitales: uno con los originales y el otro con las versiones. La mayoría de los «descubrimientos arqueológicos» de Bongo Joe son, como podría esperarse, bastante oscuros, así que a lo mejor la idea de escucharlos en interpretaciones ajenas no suena muy prometedora, pero hay un detalle que la vuelve particularmente atractiva para nuestro país: entre las referencias de la discográfica figura La Contra Ola, aquella recopilación de tecnopop y post-punk español que tanto nos gustó hace tres años.
Y resulta que tres de los artistas modernos han ido a escoger temas de aquel disco. Los holandeses Mauskovic Dance Band retoman el mítico Moscú está helado de Esplendor Geométrico: la hacen en neerlandés, In Moskou Is Het Koud, y le dan un leve aroma entre afrocaribeño y noir, o algo así. El dúo suizo Cyril Cyril se ocupa de otro superclásico, Nuclear sí, de Aviador Dro, y lo afrancesa todo excepto el estribillo, por supuesto, cómo no. Pero la más interesante de este apartado de repescas ochenteras, y yo creo que del lote en general, es la interpretación libérrima que hacen los colombianos Meridian Brothers de Extraños juegos, la canción que daba título al debut de los Zombies. La han grabado en colaboración con sus compatriotas del Conjunto Media Luna, liderado por el acordeonista Iván Medellín, y se nota, porque ese instrumento protagoniza el arreglo. Su versión se centra de alguna manera en los pasajes instrumentales de la canción, que ya eran machacones, obsesivos e incluso ruidistas en el original, y los lleva al terreno de cumbia mutante que caracteriza al ya veterano proyecto de Bogotá. La letra (cantada por el líder meridiano, Eblis Álvarez) mantiene su poder sugerente e inquietante, subrayado por la insistencia ritual del ritmo, pese a sustituir las hogueras, el mirto y el comino por la brujería contemporánea de los teléfonos móviles. Me imagino que el resultado puede ser fácilmente odiable, pero a mí me tiene rendidito.
Por cierto, Eblis ya tuvo canción de la semana por aquí con otro proyecto suyo, y me parece ideal para pincharla a continuación de sus Extraños juegos.