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Parálisis y colocón

Ya sé que buena parte de ustedes, queridos lectores vizcaínos, tienen el cerebro totalmente ocupado por el fútbol de mañana, como si se les hubiese transformado la sesera en un balón de reglamento. Aun así, quería proponerles un plan alternativo que ni siquiera les impedirá ver el partido, porque está previsto seguirlo en «pantalla grande», que no es lo mismo que gigante pero se acerca: hablo del Festival Intercultural de Zarratón, localidad riojana de unos 300 habitantes cercana a Haro. La música arrancará mañana, tras la final de la Copa del Rey, con un concierto gratuito de los riojanos Silencio Absoluto y The Sulfators y de los garajeros alemanes The Sonic Beat Explosion, a los que estoy escuchando ahora mismo con agrado. El sábado por la tarde habrá degustación gastronómica, más actuaciones riojanas por la cara (The Hole, Mutagénicos), sesiones electrónicas y el plato fuerte a 13 euros: Sex Museum y Ana Curra, a la que tienen espléndida y siempre oscura en la fotografía de aquí al lado, tomada hace un par de meses por el compañero José Ramón Ladra.

Yo creo que Ana Curra todavía no se había acercado a este rincón de la Península dentro de su gira de recuperación de Parálisis Permanente, titulada ‘Ana Curra presenta El acto. Hace unos pocos días se cumplieron 29 años de la muerte de Eduardo Benavente en un accidente de tráfico, precisamente en La Rioja, un desenlace trágico que cercenó una de las ramificaciones más interesantes de la Movida: Parálisis, con su punk siniestro, dejaron un legado escaso pero muy valioso, que ha envejecido asombrosamente bien. Como la propia Ana Curra, por qué no vamos a decirlo. La teclista y cantante, una profesora de piano cuya formación clásica parecía una extravagancia dentro de la general ineptitud técnica de la Movida, justifica así este regreso a Parálisis en una entrevista con El coloquio de los perros: «He tardado en comprender que mi tesoro no era solo mío, lo tenía que compartir, era de todos los que deseaban verlo y escucharlo, aunque Eduardo ya no esté aquí, pero sí está el legado de canciones y estoy yo para legitimarlas en acción, rescatar un aroma que inundaba mis recuerdos como si de un perfume almizclado se tratara, restaurándolo en olor fiero y salvaje, real, sin ápice de nostalgia, con todo el poder que da la borrachera y el colocón del directo». Y el sábado ya no hay partidos históricos de balompié, ¿no?

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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