El ciclista belga Wouter Weylandt (Leopard) ha fallecido hoy a consecuencia de una grave caída en la tercera etapa del Giro. El corredor, que hace un año corría en el Quick Step y ganaba una etapa de la ronda transalpina, no ha logrado sobrevivir al duro golpe.
El pedal
Según las primeras hipótesis, se baraja la posibilidad de que el corredor belga rozara el guardarraíl con su pedal, lo que le provocó que perdiera el control de su bicicleta y que se fuera directo contra el muro, saliendo rebotado tras el impacto. En las imágenes de televisión, que no me gustan nada y que las retiraría, se puede ver a los equipos médicos intentado reanimar al corredor, que sangra por la boca y la nariz.
La organización del Giro, que hace dos años era testigo de la espectacular caída Pedro Horrillo, había puesto más medidas de seguridad para esta edición, por ejemplo, un equipo de reanimación en carrera que, hoy, a pesar de 40 minutos de esfuerzos de los médicos de carrera, no han podido hacer anda para salvar la vida del ciclista belga.
No al Giro
Mala casualidad. No tenía previsto el Giro en su plan para esta temporada porque quería prepararse para la Vuelta a España, pero la baja de su compañero de equipo Daniele Bennati por una caída en el Tour de Romandia, le hizo disputar la ronda transalpina.
El belga no tenía prevista su participación en la edición de este Giro de Italia y se reservaba para su partipación el próximo mes de agosto en la Vuelta a España. La exclusión de su compañero Daniele Bennati a causa de una caída en el Tour de Romandía, hizo que el equipo le incluyera a última hora en su nueve para disputar la ronda italiana. Además, este martes se hubiera cumplido un año de su primera victoria aquí.
Seguramente en los próximos días se hablará de la seguridad en las carreras ciclistas, y, sobre todo, del temible descenso del Crostis que, en mi opinión, es una autentica barbaridad.
Datos
Tampoco tuvo suerte Fabio Casartelli, una promesa del ciclismo italiano, que perdió la vida como consecuencia de la fractura craneoencefálica sufrida en el Tour de 1995, cuando descendía el puerto Aspet. Perdió el control de la bicicleta a unos 90 kilómetros por hora, se estrelló de cabeza contra un petril y salió despedido. La ausencia del casco, que no era obligatorio para los ciclistas, incrementó la violencia del impacto.El casco es obligatorio en carrera desde la caída en la segunda etapa de la París-Niza el 12 de marzo de 2003, en la que Andrei Kivilev, que no llevaba casco, sufrió una fractura de cráneo que le causó la muerte. Fue el momento en el que los corredores se concienciaron de que el casco en carrera es fundamental.
Todo el apoyo a la familia, amigos y compañeros de Wouter Weylandt.