¿Existen los agujeros negros? ¿Se pueden ver? Esta es una pregunta recurrente, sobre todo entre los más jóvenes a quienes cautiva la idea de los agujeros negros.
Si hace pocos días publicabamos unas sorprendentes imágenes del VLT del Observatorio Paranal de la ESO en la que se mostraba cómo una estrella absorbía materia de otra en el sistema doble 17 Leporis, hoy nos sorprenden de nuevo con las imágenes de una masa de gas que ronda el agujero negro del centro de nuestra galaxia, que acabará cayendo en él. Además, se puede observar también el rápido movimiento de las estrellas que lo circundan.
La masa de gas en cuestión es la rodeada por un circulo rojo. Como vemos, el panorama cambia rápidamente en ese entorno. Como vemos las imágenes son de 2002, 2007 y 2011.
Lo vemos mejor en este vídeo. Primero nos llevan hasta el centro de nuestra galaxia y, a partir del segundo 45, se muestra la secuencia de imágenes, año a año.
Más impactante, si cabe, es esta otra animación, en la que se muestran los movimientos verdaderos de las estrellas que orbitan el agujero negro central de la Vía Láctea. Lo realmente espectacular es la animación de lo que se espera que ocurra en las próximas décadas. Si todo sucede como está previsto, y teniendo en cuenta que en ese tiempo las técnicas y equipos de observación mejorarán, preparémonos para ver, por fin, como un agujero negro se “traga” la materia.
Finalmente, una aclaración. Por definición, no podemos ver un agujero negro. Contándolo rápido, recordemos que la velocidad de escape para la Tierra es de unos 11 km/s. Es decir, esa es la velocidad que se precisa para que un objeto pueda escapar de la gravedad de la Tierra.
Cuanto más masivo es un objeto, mayor es la velocidad de escape. Así, si un cuepro es lo suficientemente masivo y la materia está lo suficientemente concentrada, la velocidad de escape es superior a la velocidad de la luz, 300 000 km/s. Ni la luz puede escapar, por lo que no lo veremos.
¿Cómo sabemos entonces que está allí? Pues porque el movimiento de las estrellas y objetos que lo circundan nos permiten deducirlo. El poder de la ciencia.