Este post participa en el VI Carnaval de la física, que en esta edición acoge Noticias del Cosmos.
A fuerza de repetirlos una y otra vez, no creo que haya mucha gente que no haya visto el capítulo de los Simpson “Bart contra Australia”. Al menos a este lado del Atlántico. Desde luego, si surge el tema de Coriolis en clase mis alumnos, automáticamente nombran a los Simpson. Para bien o para mal, saben de lo que hablamos. ¿O no? Para empezar, clickad en este enlace para ver de lo que hablamos. Es corto.
¿Qué es el efecto Coriolis?
Lo explicaremos de una manera sencilla e intuitiva. Supongamos que estamos en el hemisferio sur, en Ushuaia, en el extremo sur argentino. Y que lanzamos desde allí una bala de cañón en dirección norte. Además de la velocidad que damos a la bala, esta tiene la propia del lugar en que se encuentra. Debido a la rotación terrestre, Ushuaia, describe en un día una circunferencia, su círculo de latitud. Y nuestra bala tiene también esa velocidad lateral, además de la que le damos nosotros. Pero, a medida que nos acercamos al ecuador terrestre, esos lugares describen un círculo de latitud mayor. Eso hace que nuestra bala, que no tiene esa velocidad, se vaya “retrasando”, lo que le hace “desviarse” en sentido antihorario (contrario a las agujas del reloj. En el hemisferio norte, por la misma razón y como se puede entender por el primer dibujo, la desviación se produce en sentido horario.
Hay otra manera de verlo, ilustrada en la siguiente imagen. Lanzamos una bala de cañón desde el Polo Norte en dirección sur. Esperaríamos que fuera “recta” la bala, según el primer dibujo. Y, efectivamente, va recta, pero como la tierra “bajo sus pies” se mueve por la rotación terrestre, visto desde la Tierra, se desvía.
En el caso de que mandemos la bala en sentido contrario, es decir, desde el ecuador en dirección norte, la desviación se produce en sentido horario. Podemos ver todos los casos posibles en el siguiente video. Fijémonos en que, una vez lanzado el proyectil, el vector que indica su dirección no se desvía. Es respecto a la Tierra, por su rotación, como se ve este giro aparente.
El efecto Coriolis lo tienen que tener muy en cuenta los militares en disparos de largo recorrido. Sin tenerlo en cuenta, es imposible dar en el blanco. Y se ve en más casos. Las borrascas, por el efecto Coriolis, giran en sentido horario en el hemisferio norte y en sentido antihorario en el hemisferio sur. Veámoslo en estas imágenes de ciclones.
Ciclón Indlala, Madagascar (Hemisferio Sur), marzo 2007
Ciclón Gordon, Islas Azores (Hemisferio Norte), septiembre 2006
Imágenes tomadas de esta sección de Meteored, donde encontrareis gran cantidad de ciclones de ambos hemisferios.
Es evidente que el giro es contrario en un hemisferio y en el otro. La razón no es otra que el efecto Coriolis. Pero aquí algo no cuadra. Hablábamos de “giro” antihorario en el hemisferio sur y de horario en el norte. Como los ciclones se van “enroscando” el giro de estos es, entonces, el contrario al que preveíamos. ¿Que sucede? Pues que el tema es más complejo. Mañana, segunda entrega sobre el tema.