Hoy en día vemos el abrelatas como un utensilio más de nuestra cocina, pero muchos años tuvieron que pasar para que se inventase desde la aparición en 1811 de las primeras conservas enlatadas.
Para hablar del abrelatas, primero tenemos que hablar de latas. Estas nacen de la necesidad militar de alimentar a las tropas durante sus largas marchas y desplazamientos, quienes necesitaban alimentos que ocuparan poco espacio y a su vez tuviesen un gran valor nutritivo. Napoleón Bonaparte, era el primer interesado en tener solución a este problema.
En 1809 Nicolas Apert, cocinero parisino tuvo la idea de calentar los alimentos dentro de un tarro de cristal del que extrajo el aire para crear vacío, cerrándolo herméticamente y así surge el primer tarro de conservas. En 1811 el inglés Peter Durand cambió el tarro de cristal por la lata y los británico Bryan Donkin y John Hall compran la patente, siendo quienes comienzan la fabricación comercial de enlatados en 1813.
Al principio nadie pensó en la necesidad de un utensilio para abrir las latas. Las latas de entonces pesaban casi un kilo estando vacías, a veces sobrepasaban los 3 kilos con lo que llevaban dentro, no era fácil manipularlas, la recomendación del fabricante era: “Para abrir las latas córtese alrededor de la parte superior con escoplo y martillo”, pero finalmente cada uno lo abría como podía, los soldados británicos las habrían con bayonetas, navajas, e incluso con disparos de fusil.
Sólo en 1850 cuando se creó un envase más ligero con reborde en la parte superior se pudo pensar en un abrelatas. El primero lo inventó el norteamericano Ezra J. Warner, era un artilugio entre hoz y bayoneta y por lo visto bastante peligroso para quien abría la lata y para quien observaba la operación, así que la gente ignoró tal invento, durante años era el tendero quien abría las latas a sus clientes. En 1866 el neoyorquino J. Osterhoudt inventa la lata con llave incorporada en la tapadera para su apertura, pero no todos los fabricantes pudieron adoptar esta idea, así que el abrelatas seguía pendiente.
No es hasta 1870 cuando el norteamericano William W. Lyman inventa con éxito el abrelatas tal y como lo conocemos hoy, con su rueda alrededor del bote de la lata y su uña cortante, luego surgieron los abrelatas de garfio y los de palanca, aún así estos abrelatas ocasionalmente causaban lesiones. Finalmente en 1925 la californiana Star Can Opener añade al abrelata de Lyman una ruedita dentada llamada rueda alimentadora que hacía girar el envase, con lo que al ahorrar esfuerzo aumentaba la seguridad, idea que más tarde dio lugar al abrelatas eléctrico comercializado en diciembre de 1931.
Más de un siglo tuvo que pasar desde la aparición de la primera conserva enlatada hasta que el abrelatas fuese perfeccionado, una historia muy curiosa que hemos de recordar cada vez que tengamos en nuestras manos este pequeño utensilio