Hay muchos tipos de calabaza en el mundo. Es una hortaliza muy fácil de producir, fácil de almacenar y muy duradera. Las diferencias están en su textura, densidad de la pulpa, del grano, más dulces, más fibrosas, más duras, más blandas, más aromáticas, más planas…
Pero eligiendo la calabaza que tenemos en nuestro entorno podemos recomendar varios matrimonios que siempre tendrán éxito.
Uno es el de calabaza con almendra, que ya en el norte de Italia se lleva haciendo mucho tiempo. Unas galletas de calabaza y almendra con nuez moscada son extraordinarias.
La calabaza y el cerdo se casaron hace ya mucho tiempo en China. El fuerte sabor del tocino y la suave textura de la hortaliza en una crema es éxito conyugal seguro.
La calabaza y el picante están hechos el uno para el otro. Si queremos que el picante pase discretamente por el paladar, nada mejor que servirlo en una pasta con salsa de calabaza.