El bogavante es un crustáceo de esos que se desplazan por el fondo del mar.
En Japón recibe el nombre de Ise Ebi y le comparan con un samurai con sus armazón y sus terribles pinzas-un día me enganchó uno con su pinza, ya partido por la mitad y no lo recomiendo-es sin duda un animal poderoso y en Japón, valoran como nosotros este animal, además de por su sabor, su armonía y su magnífica presencia, por su valentía, debido a que cuando tiene mucho estrés o ve cercana la muerte, se hace el ashikiri termino parecido al arakiri-el primero es cortarse las patas y suicidarse y el segundo es cortarse la tripa-. En Japón, especialmente en la costa del Pacífico, se pueden comer grandes platos de bogavante en temporada y es que de mayo a julio, en su época de desove, su carne merma mucho. Para cocinarlo en crudo, en caldo con su sabrosísima coraza, asado, en tempura, al carbón, a la piedra…en fin, un manjar y rey de la mesa allá donde se encuentre. Yo, hace tiempo, hacía una receta asándolo con patatas que voy a empezar a recuperar.