Los otoños inclementes como el actual tienen como consecuencia la de terminar de manera radical con la cosecha de setas en la mitad norte de la Península. En la Cornisa Cantábrica, por nieve y bajas temperaturas y en Castilla y León, por las heladas. Sin embargo, si estas mismas lluvias se extienden a la mitad sur, y de manera concreta a Extremadura, a las sierras de Huelva y a la zona meridional de Castilla La Mancha, permiten brotes tardíos de setas, que también allí son apreciadas y consumidas en los pueblos.
Y con las setas llegan las intoxicaciones, en este caso mortales. Así, Marcelino A.G., de 78 años de edad y vecino de Villabuenas de Gata, falleció el pasado día 12 de diciembre en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, donde llevaba 21 días ingresado. Concretamente desde el día 20 de noviembre por haber ingerido un ejemplar(es) de setas venenosas. Las comió en su domicilio tras haberlas recolectado en un prado de su propiedad. Cuentan en el pueblo que el hombre era un asiduo recolector de setas, concretamente del género Macrolepiota. Además estaba considerado como uno de los vecinos más prudentes, que rehusaba comer otras especies que han ido incorporándose desde los años 80 a la dieta de la comarca de la Sierra de Gata.
Aquella noche, al sentirse mal, se dirigió al Hospital Ciudad de Coria y de allí fue trasladado de urgencia al centro hospitalario de la capital cacereña, donde ha permanecido ingresado hasta su fallecimiento.
Es una de las dos intoxicaciones por setas que se produjeron en esos días en Extremadura. En el otro caso, a una vecina de Zafra le tuvieron que trasplantar el hígado tras haber ingerido un guiso de hongos junto a otras tres personas hace sólo unos días. Ellos mismos recogieron las setas en el término municipal de Zafra y sólo ella resultó afectada. Algunas fuentes apuntan a la presencia de una única seta venenosa en el guiso, la que casualmente consumió.
Dicen que al encontrarse mal se dirigió el Hospital Infanta Cristina de Badajoz, donde se dieron cuenta de la gravedad del envenenamiento y le indicaron que sin un trasplante de hígado se podía morir en una semana. En el mismo hospital le realizaron la operación con carácter de urgencia. Se recupera satisfactoriamente.
Micólogos extremeños indican que las setas tóxicas más comunes que salen en la comunidad pertenecen a los géneros Amanita y Lepiotas.Y que las que más muertes han causado son las Amanita phalloides y verna y las Lepiotas pequeñas: helveola y brunneoincarnata. Las primeras se pueden confundir con los gurumelos (Amanita ponderosa), una seta que brota enterrada en los encinares de Extremadura y Andalucía, y las segundas, con el parasol, nuestra galamperna, aunque la diferencia es clara. Las Macrolepiotas siempre miden más de 8 cm de diámetro y las otras nunca pasan de entre 2,5 y 7 centímetros. Algunos recolectores confiados piensan que están ante un parasol “pequeño”, lo recogen y se lo comen.
Éste es uno de los últimos envenamientos que se han producido este otoño en España. Anteriormente, en noviembre, cuatro miembros de una misma familia manchega resultaron intoxicados tras comer setas, casi con toda seguridad Amanita phalloides, la más venenosa que brota en la península. Uno de ellos, un hombre de 77 años, falleció y los otros tres fueron hospitalizados. Su cuñado, de 61 años, estuvo ingresado en estado grave en la UCI. Por su parte, la mujer del anterior, de 57 años, y su hijo de 32 fueron derivados a un centro hospitalario de Madrid.
Los casos de envenamiento en España son más comunes de lo que se piensa. En general puede esperarse una incidencia de 5-10 casos por millón de habitantes y año, es decir, de 200 a 400 casos/año. Aproximadamente, la mitad de estas intoxicaciones no llegan a ser vistas en los hospitales y se quedan en un mal susto. La otra mitad, cuyos síntomas son lo bastante alarmantes para motivar el traslado del paciente a urgencias, se distribuyen de la forma siguiente: 1. Un 40 % son formas graves (tipo Amanita phalloides o Lepiota. No se conocen casos de Galerina sp.), con una mortalidad que se sitúa en la actualidad alrededor del 10 %. 2. Un 50 % son gastroenteritis, más o menos severas, que en general se solucionan sin complicaciones en un par de días. 3. El 10 % restante son intoxicaciones de escasa gravedad.
Fotografías. Lepiota helveola y Lepiota brunneoincarnata