Todos los que vivimos en este país tenemos asociado este tema al ciclismo. Porque ‘Me estoy volviendo loco’ se hizo popular, inmensamente popular, por ser elegida la canción de la Vuelta Ciclista a España en 1982 tras competir Azul y Negro con grupos más famosos como Alaska y los Pegamoides. Fue compuesta expresamente para la ocasión por encargo de la discográfica Polygram, que tuvo que pagar un millón de pesetas por poder presentarlo al concurso abierto por la organizadora de la prueba deportiva.
Desde entonces nadie ha olvidado esa melodía y son muchos los que la reivindican como sintonía perpetua de la bicicleta. Reaparece constantemente para ilustrar el paso de la serpiente multicolor por las carreteras de la península, a pesar de que el tema oficial del momento sea otro. Su ritmo transmite a la perfección la frenética cadencia del pedaleo en un pelotón.
Rompió moldes con un sonido tecno-pop entonces todavía imberbe en el panorama musical español. No obstante, ‘Me estoy volviendo loco’ llegó al número uno con una brillante y exitosa composición electrónica construida sobre sintetizadores, guitarras eléctricas, secuenciadores e instrumentos acústicos.
La voz humana era considerada un instrumento más tras pasar por la técnica del vocóder. Todo ese caudal desembocó en un tema muy bailable y divertido con el que muchos pedalearon también por las pistas de las discotecas. La letra nunca fue relevante. Su papel se limitaba a tener algo que tararear.
‘Me estoy volviendo loco’ supuso un antes y un después en Azul y Negro y la música tecno en un país sin tradición en este estilo. Con esta composición el dúo dio un salto a la popularidad con mayúsculas, según confesó Carlos García Vaso, la mitad de un grupo que completaba Joaquín Montoya. Nunca había sonado nada parecido en español, pese a que Mecano también coqueteó con esta variante musical en su nacimiento.
La canción inicialmente se editó sólo en formato de siete pulgadas, sin ser incluida en el primer LP de Azul y Negro. La acogida del público fue de tal magnitud que la discográfica tuvo que retirar del mercado el long play para sacarlo de nuevo, ya con el tema estrella del dúo en versión maxisingle.
Pero la cosa no paró ahí y el mercado internacional también recayó en su atractivo y se editó asimismo el tema en inglés con el título de ‘Going crazy’. Se vendió muy bien en diecisiete países de Europa y América, además de en Japón y Australia.
Me estoy volviendo loco,
Me estoy volviendo loco,
Me estoy volviendo loco, poco a poco, poco a poco
Me estoy volviendo loco,
Me estoy volviendo loco,
Me estoy volviendo loco, poco a poco, poco a poco
Me estoy volviendo loco,
Me estoy volviendo loco,
Me estoy volviendo loco, poco a poco, poco a poco.
Poco, poco, poco, poco, poco, poco, poco, poco
VERSIONES
La PUBLICIDAD siempre fue consciente de la capacidad comercial de ‘Me estoy volviendo loco’ y la empresa de telefonía vasca Euskaltel recurrió a este tema para lanzar una de sus campañas.
Este tema era ideal para que los disjockeys mostraran su arte. Lo hizo por ejemplo PHYSICAL MAKINAL.
AZUL Y NEGRO fueron los pioneros en España del tecnopop. Los cartageneros Carlos García Vaso y Joaquín Montoya caminaron por una senda virgen en nuestro panorama musical. Los KraftWerk de la península en los ochenta y los noventa cosecharon números uno y discos de oro apoyados en sintetizadores, guitarras eléctricas, vocóders, secuenciadores e instrumentos acústicos.
Su proyecto comenzó a andar en 1980 con el apoyo del productor Julián Ruiz, quien les bautizó con los colores de la camiseta del Inter de Milán por su pasión con el fútbol. Fue Ruiz también quien les presentó al certamen para elegir la sintonía de la Vuelta. Ahí comenzó todo, con el triunfo de ‘Me estoy volviendo loco’.
Repitió en la prueba ciclista un año más tarde con ‘No tengo tiempo / Con los dedos de la mano’ y varias de sus compasiones fueron también habituales sintonías de programas de televisión como la Volta a Cataluña 1984 (‘Funky punky girl’), Vuelta a Valencia 1986 (‘Vuelva usted mañana’), programa concurso ‘Los sabios’ ( ‘Hitchcock makes me happy’), ‘Agua de luna’ y ‘Herzanfall (‘Infarto’), programa ‘A la caza del tesoro’ (‘Fu-Man-Chu’), programa ‘Costa Cálida’ (‘Mar Menor’) y cortinillas de deportes (‘La Torre de Madrid’, ‘Catedral de sal’, ‘No controlo nada’). Además de jingles (fondos musicales) para prestigiosas marcas comerciales como ginebra Gordons, televisores Philips K-30, whisky White Label, Pall Mall, etc.
Las siguientes producciones mantuvieron el nivel gracias a la apuesta firme de su discográfica por Azul y Negro, hasta el punto de que fue el primer grupo español que editó en formato CD. Era 1984. Muchos años después (2007) también tuvo el honor de ser la banda que inauguró un serie de sellos de Correos con la portada de uno de sus discos.
La etapa exitosa de Azul y Negro se cerró en 1988 tras otras canciones como ‘Hombre lobo’, ‘La torre de Madrid’, ‘No controlo nada’, ‘Catedral de sal’, ‘Números rojos’, ‘Miedo al teléfono’, ‘Semilla glacial’, ‘Tecnovision’…
El dúo se tomó un descanso de cinco años, período en que caminaron por separado, sin apenas verse. Pero en 1993 se reunieron por la intercesión de su mánager para grabar el disco ‘De vuelta al futuro’, que no tuvo la repercusión de sus trabajos anteriores a pesar de que el ‘Two-Pa-Ká’ volvió a ser elegido por la Vuelta Ciclista a España. El fracaso trajo la separación definitiva.
A finales de los noventa, Vaso refundó el proyecto junto a José Antonio Álvarez para publicar en su propio sello nuevas composiciones, que tampoco brillaron.