Canción imprescindible para cualquiera que se confiese amante del rock tradicional, ‘Johnny B. Goode’ lleva más de cinco décadas dando lecciones de cómo es un tema perfecto de ese estilo musical y haciendo saltar las lágrimas a millones de amantes de la guitarra. Interpretada por Check Berry desde 1958 y por miles de artistas más algo más tarde, es la muestra por antonomasia del rock and roll primitivo, con una pureza cien por cien, sin que todavía haya sido contaminada por otras influencias.
Rock y guitarra son sinónimos y Chuck Berry fue el primero que lo demostró. Pionero en una corriente denostada en sus inicios, el hoy octogenario compositor e intérprete de Missouri sorprendió al mundo del blues, al que estaban condenados a circunscribirse los músicos negros, con una introducción en este tema de un riff inicial inspirado en un solo del guitarrista Louis Jordan empleado en la canción ‘Ain’t that just like a woman’, de 1947.
El mensaje de ‘Johnny B. Goode’ nos traslada al sueño americano de un joven músico que trata de avanzar pese al lastre que supone su pobreza y su color, negro evidentemente. Una guitarra es su única arma y es la destreza que demuestra con ella la que le llevará al éxito.
Al parecer en las primeras versiones, nunca publicadas, hablaba específicamente de un niño negro, pero para ganarse el mercado se optó por una versión más difusa en cuanto al tema racial.
Berry nunca aclaró en tema, pero parece claro que la letra está inspirada en su propia vida, aunque también parece recoger retazos de las experiencias de su pianista Johnny Johnson y los problemas con el alcohol de sus baquetas. Se dice que Chuck siempre recriminaba a Johnson su excesos con la frase ‘Johnnie be good’ (Johnnie sé bueno) y que de ahí nació la canción. Paradójicamente en la grabación del tema quien estuvo a los teclados no fue Johnson sino Lafayette Leake. Otros dicen que Goode es un homenaje al lugar donde nació el mítico rockero.
La gran repercusión de esta canción llevó a Berry a escribir dos réplicas que dan continuidad a la historia: ‘Bye bye Johnny’ y ‘Go, go, go’, que jamás gozaron de la aceptación de la primera entrega.
Está canción considerada como una de las maravillas de la humanidad, fue incluida en la sonda espacial Voyager para que las civilizaciones que puedan existir fuera de nuestro planeta puedan degustar también a Chuck Berry. El apoteósico, histórico, irrepetible e inolvidable sonido que salió de su guitarra lo justifica.
Es un lujo que tantos años después de que saliera al mercado los aficionados a Chuck podamos disfrutar de esta obra de arte con la misma frescura que cuando se escribió. Es atemporal.
En lo profundo de Louisiana, pegado a New Orleans
más allá de los bosques, entre las verdes praderas
permaneció en una cabaña hecha de troncos y tierra
un chico de pueblo llamado Johnny B. Goode
que nunca aprendió a escribir ni a leer demasiado bien
pero que podía tocar la guitarra como si hiciera sonar una campana
Vamos, vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, Johnny B. Goode.
Él solía acarrear su guitarra en un saco de yute
y sentarse a la sombra de un árbol al lado de las vías del tren
Ah, el maquinista le vio sentado en las sombras
tocando con el ritmo que llevaban las máquinas
La gente pasaba y se paraba a decir:
¡¿Dios mío, ese chico de pueblo puede tocar así?!
Vamos, vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, Johnny B. Goode.
Su madre le contó: «Algún día serás un hombre»
y serás el líder de una gran vieja banda
mucha gente vendrá de muy lejos
para escucharte tocar música mientras se pone el sol
quizás algún día veas tu nombre escrito en grandes neones
diciendo: «Johnny B. Goode, esta noche»
Vamos, vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, vamos, Johnny, vamos
vamos, Johnny B. Goode.»
VERSIONES
Han sido múltiples los cantantes que han interpretado ‘Johnny B. Goode’. Muchos sostienen que es la canción más versionada de la historia junto a ‘Yesterday’ de The Beatles. La cantó incluso el rey ELVIS PRESLEY.
Otro genio de la guitarra como JIMI HENDRIX no pudo evitar imitar al dios.
También AC/DC incorporó la canción a su repertorio.
http://youtu.be/hV11HRcbCJU
Y hasta el popero ELTON JOHN.
Los Beatles, grandes admiradores de Chuck Berry, incluyeron varias de sus canciones en sus primeros pasos discográficos. Y JOHN LENNON llegó a hacer un dueto con el guitarrista negro.
Grandiosa la interpretación del mito con BRUCE SPRINGSTEEN y su E Street Band.
http://youtu.be/-2CdjOX8kas
Entre los que firmaron covers nos encontramos a The Beatles, The Rolling Stones, B.B. King, Led Zeppelin, Prince, Andrés Calamaro, Judas Priest, Beach Boys, Six Pistols, AC/DC, Johnny Winter, Aerosmith, Bad Religion, BB King, Bill Haley & His Comets, The Carpenters, Dio, Dr. Feelgood, Green Day, The Grateful Dead, Buddy Holly, Jerry Lee Lewis, Lynyrd Skynyrd, Men at Work, Motörhead, Carlos Santana, Slade, Stray Cats, Johnny Winter, etcétera
Para la generación de los ochenta ‘Johnny B. Goode’ fue dada a conocer por la película ‘REGRESO AL FUTURO’, donde el protagonista Marty McFly (Michael J. Fox) canta en un baile de instituto celebrado en 1955. Uno de los miembros de la banda, llamado Marvin Berry, telefonea a su primo Chuck durante la actuación para que escuche la canción. Desde entonces todos todos sabemos que el rockero copió a McFly.
http://youtu.be/8BelLyEPGcs
A CHUCK BERRY (Saint Louis, 1926), actualmente una leyenda viva del rock, le costó poder vivir de la música. Tuvo que trabajar en varias fábricas y limitarse a satisfacer sus ansias musicales con actuaciones en pequeños bares de St. Louis, donde versionaba temas de Nat King Cole y Muddy Watters, artistas predecesores que ejercieron una gran influencia artística en su formación de blues.
Por fin, en 1955 se lanzó a la aventura para buscar un futuro en el rock. Se trasladó a probar suerte a Chicago y en la ciudad del automóvil llevaron sus primeras grandes canciones como ‘Roll over Beethoven’ gracias al contacto que mantuvo con Muddy Waters. Dos años más tarde se había ganado ya un prestigio que le llevó a ser invitado a tocar junto a Carl Perkins, Everly Brothers y Buddy Holly.
En 1957 llegó Rock ‘n’ roll music’, otro de sus clásicos, y en 1958 ‘Johnny B. Goode’, aunque realmente la compuso tres años más tarde. Siguieron ‘Route 66’, ‘Maybellene’, ‘Come on’, ‘School day’, ‘Carol’, ‘Sweet little sixteen’, ‘Menphis Tennessee’, ‘Reelin’ and rockin’, ‘Around and around’, ‘Little Queenie’, ‘Too much monkey business’… Todas fueron y son obras maestras. Las aderezaba con su famoso baile del pato, que causó furor incluso entre la población blanca.
De ahí a la eternidad. Si Elvis era el rey, Berry era el dios del rock. Hasta John Lennon lo dijo: «Si al rock and roll hubiera que ponerle un nombre, ese sería Chuck Berry». La también mítica revista ‘Rolling Stone’ le colocó en el escalón número cinco de la historia de la música moderna sólo por detrás The Beatles, Bob Dylan, Elvis Presley y The Rolling Stones. Ni siquiera una condena de cárcel que le apartó de la música durante cinco años pudo eclipsarle.