Esto también creo que lo he dicho ya. Lo que siempre más me ha gustado de los grupos de rock son sus baladas. Y con los Rolling no se ha producido una excepción. ‘Angie’ ha sido mi tema favorito dentro de su extensísima producción, repartida en cinco décadas de carrera excepcional. Mi opinión no es compartida por su líder, Mike Jagger, que sólo la considera «una melodía sentimentaloide»
‘Angie’ nació a finales de 1972 del universo creativo de Keith Richards y Jagger para ser incluida en el álbum ‘Goats Head Soup’, de 1973. Narra una historia de desamor, tema manido en todas las épocas de la música y del que tampoco pudo escapar la banda liderada por ‘Morritos’. Precisamente su desgarradora interpretación vocal adornada por el piano de Nicky Hopkins y el arreglo de cuerdas de Nicky Harrison nos permite degustar esta joya que ya en su génesis llegó a lo más alto de las listas de éxitos.
La más común de las versiones sobre el origen de esta obra magistral apunta a que estaba dedicada a Angela Barnett, famosa modelo, groupie y primera esposa de David Bowie. Pero el propio Jagger lo desmintió. Hay también quien dice que Richards pensaba en su hija recién nacida y otros opinan que es Anita Pallenberg la afortunada inspiradora de la obra magistral. Pallenberg fue pareja de Richards, ex de Brian Jones y madre de la niña. Por último, también ha circulado el rumor de que se refería a otra diva del rock, Marianne Faithfull.
La polémica seguirá porque sus propios creadores nunca han estado interesados en aclarar dudas. También se ha visto rodeada de controversia cuando la Unión Demócrata Cristiana de Angela Merkel la utilizó en una campaña electoral pese a la oposición de los Rolling.
¿Cuándo se irán todas esas noches?
Angie, Angie
¿Adónde vamos desde aquí?
Sin amor en el alma
Ni dinero en el bolsillo
No se puede decir que estemos contentos
Pero, Angie, Angie
No se puede decir que no lo intentásemos
Angie, eres hermosa
Pero ¿no es eso tristeza en tus ojos?
Angie, aún te quiero, nena
Acuérdate de todas aquellas noches que lloramos
Todos los sueños que abrazamos con fuerza
Parecen haberse esfumado
Déjame susurrarte al oído:
«Angie, Angie ¿Adónde vamos desde aquí?»
Todos los sueños que abrazamos con fuerza
Parecen haberse esfumado
¿No es eso tristeza en tus ojos?
Pero, Angie, aún te quiero, nena
Allí donde mire, veo tus ojos
Ninguna mujer puede compararse a ti
Venga, nena, sécate los ojos
Pero, Angie, Angie
¿No es bueno estar vivos?
Angie, Angie
‘Angie’ ha sido múltiplemente versionada, incluso el asturiano Melendi se ha atrevido a dejarnos su visión del histórico tema, creo que con más pena que gloria.
Resumir en sólo unas líneas el devenir del mayor grupo de rock de la historia es tarea imposible y por ello ni lo voy a intentar. Sólo cabe decir que desde la década de los sesenta Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman y Ron Wood -bueno algunos de ellos llegaron más tarde para sustituir a ‘desaparecidos como Brian Jones- han conseguido que el fuerte ritmo que imprimen a los temas y la agresividad con que utilizan sus instrumentos les hayan llevado al Olimpo.
Tras su competición inicial con The Beatles, a los que vencieron por resistencia pero no por talento, han caminado a través del tiempo a caballo tanto de su genialidad como del márketing, que siempre les ha presentado como los chicos malos del rock. Los constantes escándalos han sido tan efectivos como su música.
Pero eso no les quita mérito porque todavía, ya ancianos, mantienen su chispa, sobre todo en las multimillonarias giras. Eso sí, son unos mentirosos. Mick Jagger es el padre de aquella frase lapidaria: «Muérete joven para tener un cadáver con buena pinta». Creo que él no lo va a conseguir. No hay peligro de que muera joven.