Las feromonas son señales químicas específicas, sintetizadas para comunicar individuos de la misma especie, que desencadenan una conducta natural concreta o un proceso fisiológico. Son habituales en invertebrados pero en vertebrados, y sobre todo en mamíferos que, con olores individuales muy variados dentro de la misma especie que se combinan con respuestas de quienes reciben el mensaje mediadas por el contexto o por el aprendizaje, las feromonas ponen en marcha procesos complejos que, a menudo, no son fáciles de desentrañar. Así, es posible preguntarse cómo se combina una respuesta directa e ineludible a un proceso importante, por ejemplo la atracción sexual, con que esa respuesta deba ser, por otra parte, típica, y por lo tanto distinta, para cada individuo. Sarah Roberts y su grupo, de la Universidad de Liverpool, proponen que la orina de los ratones macho contiene una feromona que es única para cada individuo y que apela a la atracción sexual de la hembra hacia el olor y, posteriormente, estimula la memoria de la hembra y condiciona su atracción sexual hacia el individuo concreto que produce ese olor.

En resumen, plantean que en la orina de los machos hay una molécula, típica de cada individuo, que atrae a la hembra hacia el productor de esa molécula.

Los autores trabajan con ratones salvajes, que son de la misma especie que los de laboratorio, pero con ello pretenden asegurar que las respuestas sean lo más naturales posible. Capturan 469 individuos y obtienen orina de 17 machos y 14 hembras. En primer lugar, es evidente que las hembras son atraídas por la orina de los machos. En segundo lugar, por diferentes métodos de laboratorio se aislan las proteínas que aparecen en la orina. Se denominan proteínas principales de la orina (MUP, del inglés Major Urinary Proteins) y, una vez aisladas, se encuentra una que, mezclada con la orina, atrae a las hembras hacia el olor de un individuo en concreto. Esta MUP provoca la atracción sexual hacia un individuo, con desprecio de todos los demás.

La proteína MUP de los ratones machos que provoca esta respuesta dirigida en los ratones hembra hacia un macho en concreto, es bautizada por los autores como darcina, en honor de Fitzwilliam Darcy, protagonista guapo, rico y que las enamora, aunque buena persona en definitiva, de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen.

*Roberts, S.A., D.M. Simpson, S.D. Armstrong, A.J. Davidson, D.H. Robertson, L. McLean, R.J. Beynon & J.L. Hurst. 2010. Darcin: a male pheromone that stimulates female memory and sexual atraction to an individual male’s odour. BMC Biology 8: 75.