Es interesante ver cómo se está desarrollando la guerra de las consolas con la vista puesta en la siempre lucrativa campaña de Navidad. Lo último consiste en rebajar los precios de las distintas maquinitas para lograr captar la atención de aquellos compradores que todavía no han caído en sus redes. Primero fue Sony en anunciar la anhelada bajada de precio de su PS3 y después Microsoft hizo lo mismo para que su Xbox 360 continuara siendo la opción más económica. Pocas semanas más tarde, es la propia Nintendo la que ha movido ficha temiendo quedarse rezagada, sobre todo en estos tiempos de grave crisis económica. De hecho, el coste de la Wii no había variado desde su lanzamiento, así que la multinacional nipona quiso torpedear la conferencia inaugural de Sony en el Tokyo Game Show para, desde sus oficinas centrales de la vecina ciudad de Kioto, hacer pública esta medida que afectará a todos los mercados del planeta Tierra. En concreto, la blanca cuesta desde ayer 50 euros menos con lo que nos podremos hacer con ella por menos de 200 euros. Es decir, costará sólo 30 euros más que una DSi con lo que a este paso las portátiles van a salirnos más caras que las de sobremesa. Vivir para ver. De todas formas, esta rebaja supone un punto de cordura teniendo en cuenta que estamos ante una máquina que, pese a su revolucionario sistema de control, se encuentra bastante limitada en su potencial tecnológico respecto a sus dos grandes competidoras. De hecho, no era lógico que costara más que el modelo básico de la Xbox 360.
Por eso, a nadie le ha sorprendido que, coincidiendo con el anuncio de la rebaja, Nintendo haya filtrado que su intención de lanzar al mercado una nueva Wii para 2011. Poco más se sabe de este proyecto salvo que la nueva máquina incorporará gráficos de última generación para ser competitiva respecto a Xbox 360 y PS3. Lógico. Y es que aquí es donde siempre ha radicado el talón de Aquiles de la blanca y lo que la ha alejado de los jugadores que pedían una mayor calidad visual en sus juegos, sobre todo comparándolos con los de la competencia. Al final, a la consola se le ha colgado el sanbenito de consola para “niños”, mientras que los mayores sacaban partido a sus nuevos televisores Full HD con las máquinas de Microsoft y Sony. Ahora bien, este panorama puede cambiar el año que viene y supongo que en Richmond y Tokio más de uno se ha echado a temblar. Y es que hay que recordar que la multinacional nipona ha aclarado que seguirá aportando por el Wiimote pese a que muy pocas desarrolladoras han sabido exprimir el potencial del nuevo mando. Da igual. A un servidor se le empieza a hacer la boca agua pensando en un nuevo Mario con gráficos de alta definición. Además, las empresas de software lúdico podrían encarar sus próximos lanzamientos con conversiones idénticas para las tres plataformas, excepto en el sistema de control, sin tener que rediseñar sus productos con la consabida rebaja gráfica apta para la Wii. En fin, que parece que tenemos guerra de las consolas para rato y ninguno de los combatientes piensa en la derrota. De momento.