Demasiado bonito para ser verdad. En la pasada Games Convention de Leipzig, Sony anunciaba a bombo y platillo la nueva versión de su PSP. Otra más en un vano intento por acercarse en número de ventas a
Total, que el jefe de marketing de Sony América John Koller ha confesado en un medio de comunicación especializado que “la duración de la batería descenderá un poco”, concretamente “entorno a 20 minutos, quizá 30 minutos”. Y todo esto por no cambiar la batería y poner otra de mayor capacidad. Una forma como cualquier otra de abaratar costes para seguir manteniendo un precio competitivo respecto a
Visto lo visto, los usuarios de Sony tienen ahora un bonito dilema. Quedarse con la “vieja” PSP Slim o comprarse la 3000 y estar continuamente recargando su batería. Yo lo tengo claro, prefiero un poco menos de calidad de pantalla y poder jugar más tiempo sin recurrir al maldito cargador. Porque cada vez tengo más claro que el concepto portátil se está convirtiendo en vivir permanentemente conectado a una toma de corriente. En otras palabras, estar siembre “cableado”.