El formato de disco sencillo, con sus restricciones temporales, tal vez no fuese lo más apropiado para un grupo como los alemanes Can: su música se agigantaba a base de repetición y mutación, de manera que catorce minutos de Mother Sky siempre resultarán más satisfactorios que seis. Pero parece que a ellos les molaban los singles y, de hecho, hicieron versiones recortadas de varias de sus mejores canciones para embutirlas en un vinilo de siete pulgadas. Ahora, todos esos sencillos se recogerán en un recopilatorio austeramente titulado The Singles, que editará en junio el sello Mute.
A mí esto de anunciar lanzamientos discográficos no me suele hacer mucha gracia, pero me he sentido obligado a mencionarlo al ver que el tema de adelanto es Turtles Have Short Legs, una de las canciones más marcianas (y menos conocidas) de la carrera de Can. Y es marciana, precisamente, porque de alguna manera intenta sonar comercial, pero comercial según el criterio un poquillo desviado de nuestros protagonistas: el resultado es todavía más extravagante que su producción habitual, con unos tecladitos juguetones e insistentes y un Damo Suzuki que vocea sus ocurrencias con la habitual entrega orate. Las tortugas tienen las patas cortas fue su tercer sencillo, grabado en las sesiones de Tago Mago y editado en 1971, según detallaba hace unos años la imprescindible Dangerous Minds. Este sábado, por cierto, tendrá lugar en Londres uno de los eventos centrales de las celebraciones por el cincuenta aniversario de Can: Irmin Schmidt (el teclista) dirigirá a la London Symphony Orchestra en la presentación de Can Dialog, una pieza que ha compuesto a medias con Gregor Schwellenbach y en la que cita varios pasajes del grupo. A continuación, actuarán The Can Project, un grupo efímero impulsado por Thurston Moore (Sonic Youth) en el que figura Malcolm Mooney, el otro vocalista de Can.
Pero a lo que íbamos…