Desde hace años, Steve Albini es conocido sobre todo como productor de Nirvana, Pixies o Berri Txarrak, entre otros cuantos cientos de grupos, pero el hombre encabezó uno de los grupos más abrasivos del rock alternativo estadounidense de los 80: Big Black, un monstruo con caja de ritmos que se suele citar como pionero del rock industrial, aunque su violencia visceral y su ironía fueron mucho más allá que los figurones de negro que vendrían después. Kerosene es, ejem, una balada sobre el aburrimiento existencial: “Nací en este pueblo, he vivido aquí toda mi vida, probablemente me moriré en este pueblo”, plantea el narrador, que de pronto se da cuenta de que la abundancia de keroseno por los alrededores es una buena vía para encontrar “algo que hacer”. Como dice el estribillo, préndeme fuego, keroseno.