Los australianos son expertos en retorcer el blues, cubrirlo de porquería y convertirlo en otra cosa, pero sin desfigurarlo tanto como para que no se le reconozca. Es lo que hacían The Birthday Party o The Beasts Of Bourbon, y también es, con otro método, la especialidad a la que se dedican desde hace treinta y tantos años unos tales AC/DC. Los chicos de la foto de arriba, The Drones, pertenecen a la misma escuela: en esta época de etiquetas rebuscadas o directamente imposibles, su líder, Gareth Liddiard, define su estilo como simple “rock basado en el blues”, aunque supongo que muchos fans del venerable género huirían espantados ante su bruto salvajismo. En fin, bastantes de ustedes ya habrán visto a The Drones en directo, porque han tocado más de una vez por aquí, y a lo mejor se quedaron como yo, con cierta sensación de ni fu ni fa, de que su sonido era mejor que sus canciones. Pero con The Minotaur, pese a mantener la clara deuda con The Birthday Party, la banda me ha conquistado a estas alturas de su cuarto álbum. Mucho cuidado, que abro la puerta de toriles..