Últimamente, la afición de Bilbao puede vivir como si fuese el final de los 70. Mejor aún: puede vivir como si esto fuese Londres a finales de los 70. Yo ya he confesado por aquí que mi época favorita de la historia del rock es la que va de 1977 a 1981, así que la insólita saturación de insignes grupos de ese lustro –con todo lo que puede implicar de nostalgia estéril y bla, bla, bla– me tiene la mar de contento. Hace unas semanas vimos a los Stranglers, que a mí me gustaron, quizá porque no esperaba demasiado, pero que a algunos fans exigentes les parecieron verbeneros hasta la parodia. Poco después vinieron los Only Ones, en un concierto emocionante por la fragilidad física de su líder Peter Perrett, su ilusión y su solvencia, pero también tenso, por el miedo de que se cayese al suelo y se rompiese en pedazos. Dentro de nada vendrán los Stiff Little Fingers, que a mí no me van mucho pero que, supongo, tendrán bastante predicamento por estas tierras vascas.

Y hoy tocan en el Antzoki los Buzzcocks, los de la foto de arriba. Como ya contamos en la sección seminueva Concierto a la vista (búsquenla aquí todos los lunes, fin de la autopromoción), es uno de los grupos británicos que mejor explotaron el espíritu pop del punk, en un puesto de honor compartido quizá con los Undertones. Pero los Buzzcocks tienen varios rasgos distintivos, unos triviales y otros con más sustancia, que los hacen muy entretenidos como tema de conversación:
–Sus fundadores, Howard Devoto y Pete Shelley, se conocieron gracias a su interés compartido por la música electrónica, que no era lo más común en aquella hornada. De hecho, los discos en solitario de Shelley tiran por ese camino.
–Howard Devoto, primer vocalista del grupo, debe de ser el tipo que más rápido superó la etapa punk y se puso a buscar nuevas formas de expresión. En 1977, tras editar sólo un EP, abandonó el grupo para formar Magazine, que también se han reunido: ¡a ver si vienen!
–Shelley, sí, es bisexual, lo que puede dar una insospechada profundidad a muchas de sus letras de amor no correspondido.
–Uno de los programas más exitosos de la BBC se titula Never Mind The Buzzcocks, un híbrido del Never Mind The Bollocks de Sex Pistols y de nuestros chicos del día.
–Los Buzzcocks han quedado para la historia como epítome de la melodía y la concisión, pero a nadie que escuche uno de sus álbumes se le escapará su amor por la repetición y el minimalismo, que alcanza extremos que se podrían considerar, hummmm, vanguardistas. En esta gira tocan enteritos sus dos primeros álbumes, así que sonarán temas exploratorios como Moving Away From The Pulsebeat o Late For The Train.
Pero bueno, creo que en un concierto de los Buzzcocks siempre está claro cuál va a ser el momento cumbre: su mil veces recopilado y versionado Ever Fallen In Love, una de esas canciones que se han ganado entrada propia en la Wikipedia. “¿Alguna vez te has enamorado de quien no deberías haberte enamorado?”, pregunta el estribillo. Les cuelgo la versión vocalista de Rock Band para que sigan la letra y coreen…