Ya avisaron muchos medios, muchos blogueros que aunque la gente no parase de hablar de ‘Avatar’ a los críticos les gustaba más la apuesta de Bygelow, una cinta más clásica, menos comercial. En definitiva, cine en estado puro.
Hubiera sido injusto que la película de Cameron se hubiese llevado el Oscar a la mejor película. Si ‘La guerra de las galaxias’ se hubiese llevado el mismo Oscar en 1978 hubiera sido otra cosa, pero no fue así. Aquel año se lo llevó ‘Annie Hall’ y el éxito de George Lucas, toda una revolución en el campo de los efectos especiales, se llevó los mejores premios técnicos, aquellos que más merece ‘Avatar’, sin duda. Y es que el trabajo del equipo de efectos fue faraónico, pero nada tiene que ver el trabajo de Bygelow con el de Cameron. La cinta de Cameron seguirá amasando fortunas y el Oscar para ‘En tierra hostil’ le vendrá ‘de cine’ para que muchos se acerquen al cine a verla. La publicidad que le faltó.
Lo que está claro, eso sí, es que si pusieras un micrófono a la salida de de las salas, ‘Avatar’ ganaría de goleada como película favorita. ‘Avatar’ se digiere mejor, es más resultona, pero ‘En tierra hostil’ es más cine, menos artificial y más natural. El trabajo con los actores, los diálogos… Pero la película de Bygelow se masca peor. Cuenta con un arranque espectacular que te deja pegado al sillón, pero llega un momento en el que no sabes adónde se dirige, sin una meta concreta. Y también por eso mismo es distinta a todo lo demás. Cine bélico, psicológico, con acción contenida y actores que dan el pego.