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Eduardo Martínez de Pisón y Felipe Uriarte hablan del Annapurna

Eduardo Martínez de Pisón y Felipe Uriarte son dos profundos conocedores de la montaña, cada uno desde su ámbito. El catedrático desde una perspectiva educativa y divulgadora y Uriarte en su condición de uno de los pioneros del himalayismo vasco y nacional, guía de alta montaña y dueño de una agencia que organiza expediciones a ‘ochomiles’.

Ambos han opinado sobre los sucedido en el Annapurna hace un par de semanas. Eduardo Martínez en desnivel.com y Felipe Uriarte, en el Diario Vasco . Son opiniones radicalmente opuestas, pero ambas igual de válidas. Y en todo caso, aportaciones a un debate en el que debieran de quedar fuera los insultos y las descalificaciones personales, que lo único que consiguen es llevar el alpinismo a un ámbito en el que nunca debió caer.

REFLEXIONES DE EDUARDO MARTINEZ DE PISON

Una reflexión sobre el debate que estamos viviendo.
“En estas cosas no se debe tomar partido. Hay que ser comprensivo, solidario con la gente que hace las grandes cosas y tener en ellos un plus de confianza. Es un mal comportamiento andar dividiendo el mundo en dos. Nada es blanco o negro, sino que tiene muchos matices, colores…”

Sobre Juanito Oiarzabal
“Tengo de Juanito una excelente opinión. Me parece que es un gran escalador, un montañero puro, una bellísima persona, un hombre de gran corazón, de gran capacidad, porque ha hecho los catorce ochomiles y los vuelve a hacer, y un hombre muy decente. Es una persona de la que me fío. Estoy con él absolutamente en todo lo que haga y en todo lo que diga porque es testigo y estaba allí y eso tiene credibilidad. Hay que ser extremadamente cuidadoso con las versiones que se vierten desde fuera sin tener en cuenta la calidad de las personas y la categoría de lo que están haciendo. Me parece muy mal la falta de respeto de aquellos que se meten con él o con lo que él pueda decir sobre las situaciones que ha vivido”.

Sobre Edurne Pasaban
“He vivido su expedición con ansiedad, simpatía, interés. Ojala que Edurne haga los ochomiles. Cuando las cosas se han envenenado con el tema de si la coreana mentía me he distanciado, pues son cosas que me disgustan. Prefiero la montaña inocente. Quiero ver la parte buena. El hecho de que dos mujeres hayan sido capaces de alcanzar trece o catorce ochomiles es realmente una noticia fantástica. Y tienen toda mi simpatía y mi admiración.”

Sobre el accidente de Juanito Oiarzabal
“Me sentí partícipe en el dolor. Quiero expresar mi pésame a los que lo han vivido y a las familias. Cuando vi las noticias y como lo trataban con criterios de prensa sensacionalista me produjo un enorme rechazo (la prensa). Por eso en montaña lo que hay que tener es discreción y apartarse de este mundillo que puede ocasionar más dolor sobre el dolor ya existente.”

Sobre Edurne Pasaban y Miss Oh. ¿Debe la coreana probar haber ascendido al Kanchenjunga
“No me gustan estas carreras. Estoy en otros códigos diferentes. Me parecen admirables tanto la coreana como Edurne Pasaban. También me preocupa el cómo se ha hecho: que se haga noblemente, con cuestiones claras. La palabra del alpinista siempre ha sido fiable. Lo que pasa es que cuando entran otros ingredientes, hay que dar testimonio. No basta con tener fe en lo que dice. Se da testimonio con las gentes que te acompañan y el poder de la fotografía. A mí no me gustaría entrar en ese tipo de certificaciones. No me gusta un alpinismo así”.

Sobre el rescate del helicóptero
“El mundo está cambiando de una manera extraordinaria. El mundo y los teléfonos satélite ya han cambiado muchas cosas. La soledad consiste en el aislamiento. La soledad ha sido un ingrediente de la alta montaña. La gran “jugada” del alpinismo solitario se atenúa con los helicópteros. Tiene una parte humanitaria buena pero contribuye a la pérdida de la épica. Pero el reto disminuye de intensidad. Salvará vidas, esto es positivo. Pero el hombre tiene que auto moderarse. Y utilizar los helicópteros solo en caso excepcional”.

COMENTARIO DE FELIPE URIARTE

Hace ya unos años que los comportamientos de algunos frecuentadores del Himalayismo no tienen nada que ver con el Himalayismo, con el Alpinismo, con el Montañismo. Frecuentadores que no Alpinistas. Ser Alpinista no implica tener solamente buenas piernas, implica, y fundamentalmente atender a las Reglas y la ëtica del Alpinismo. En el caso del Annapurna y de la tragedia de Tolo Calafat aparecen indicios de graves faltas a todas las reglas.

Hace tiempo que muchos frecuentadores del Himalaya se dedican a correr por la montaña para ser los primeros, cada uno va a su velocidad, y no se respeta el mantenerse el grupo unido. Una cordada, se desplaze con cuerda ó sin cuerda, debe mantenerse unida. En esa unión se basa parte de la fuerza de la cordada, y naturalmente, en esa unión encuentra el más debil de la cordada el apoyo necesario para conseguir el objetivo: llegar con bien al CB. Permaneciendo unidos, El más fuerte de la cordada, podrá ayudar a sus compañeros, ayudandole a encontrar el camino, a mantener el coraje, a darle su agua si es necesario. Ya no se trata de solidaridad, concepto que puede tener diferentes acepciones, sino se trata de una regla elemental de seguridad en la alta montaña.

Desde que empezaron estas estúpidas, lamentables carreras por ser el 1º, esa manera de conducirse en la alta montaña, manteniendose la cordada unida, se ha abandonado. Cuando una persona en condiciones extremas se acostumbra a conducirse de una manera, es decir en este caso, cuando lo que prima es ser el 1º haciendo los 14 ó los 28, es posible que en los momentos más simples de una actividad extrema, ese comportameinto pueda reproducirse. Y un frecuentador del Himalaya, puede encontrarse queriendo ser el 1º en llegar a la cumbre, en regresar a la tienda. Por ser el 1º.

El alpinista extremo Mark Twigth define al gran alpinista, como aquella persona en la que su familia y sus amigos pueden confiar pues saben que regresará con bien de sus proyectos alpinisticos. Yo sé de quien no fío ni un pelo. Al aspecto técnico de la razón de mantenerse unida la cordada, le podemos añadir el aspecto de la solidaridad. Es evidente que los que deben ser solidarios respecto a una persona que está por encima de los 7000, son los compañeros que están con él en esa misma altitud, los que han compartido con él las noches previas en los campamentos de altura, los que han compartido las dificultades, el cansancio, los miedos, para conseguir llegar a la cumbre.

Si en el camino hacia la cumbre percibes que el compañero no está al nivel necesario físico y de salud, debes aconsejarle e incluso obligarle a descender. Y dado el caso, si el terreno es dificil y azaroso, abandonar el intento a cumbre, y ayudarle a regresar a lugar seguro. Si a pesar de ello se va hacia la cumbre, y se llega, el Alpinista sabe que para ese compañero en condiciones no buenas, comienza lo peor, el descenso. Y el Alpinista reacciona en consecuencia, y ayudará a su compañero, y se mantendrá unido a él, pues el Alpinista sabe que el riesgo aumenta en el descenso, con los cambios de tiempo, con la dificultad de coordinar los movimientos debido al cansancio. El frecuentador del Himalaya no actúa así. El frecuentador sale corriendo, obvia los peligros que corre su compañero, quiere ser el 1º, siempre quiere ser el 1º. Abandona a su compañero.

Felipe Uriarte
Guía de Alta Montaña

Y por último, para tener el relato de lo sucedido contado por sus propios protagonistas, os dejo el enlace a la entrevista que el pasado lunes realizó en el programa ‘El Larguero’ de la cadena SER su director, José Ramón de la Morena, a Juanito Oiarzabal y Carlos Pauner.

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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